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Una Vez Acechado
Blake Pierce


Un Misterio de Riley Paige #9
ВЎUna obra maestra del gГ©nero de thriller y misterio! El autor hizo un buen trabajo desarrollando a los personajes psicolГіgicamente. Los describe tan bien que sientes que estГЎs en sus mentes, sientes sus temores y te alegras por sus Г©xitos. La trama es muy inteligente y el libro te mantendrГЎ entretenido de principio a fin. Este libro te mantendrГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche debido a sus giros inesperados. Opiniones de libros y pelГ­culas, Roberto Mattos (Una vez desaparecido) UNA VEZ ACECHADO es el libro #9 de la serie exitosa de misterio de Riley Paige, que comienza con UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1), ВЎuna descarga gratuita con mГЎs de 900 opiniones de cinco estrellas! Cuando dos soldados son hallados muertos en una gran base militar en California, aparentemente asesinados por herida de bala, los investigadores militares quedan perplejos. ВїQuiГ©n estГЎ matando a sus soldados dentro de los lГ­mites seguros de su propia base?ВїY por quГ©?Por eso le piden ayuda al FBI, y Riley Paige es asignada como la encargada del caso. A lo que Riley se sumerge en la cultura militar, se sorprende al darse cuenta de que los asesinos en serie tambiГ©n pueden atacar aquГ­, en medio del lugar mГЎs seguro del planeta. Se encuentra en una persecuciГіn frenГ©tica, jugando al gato y al ratГіn, en una carrera para decodificar la mente del asesino. Sin embargo, pronto descubre que estГЎ enfrentГЎndose a un asesino altamente entrenado, uno que podrГ­a ser un oponente demasiado letal, incluso para ella. Un thriller psicolГіgico oscuro con suspenso emocionante, UNA VEZ ACECHADO es el libro #9 de una nueva serie fascinante, con un nuevo personaje querido, que te dejarГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche. El Libro #10 de la serie de Riley Paige estarГЎ disponible pronto.







U N A V E Z A C E C H A D O



(UN MISTERIO DE RILEY PAIGE—LIBRO 9)



B L A K E P I E R C E


Blake Pierce



Blake Pierce es el autor de la serie exitosa de misterio RILEY PAIGE que cuenta con trece libros hasta los momentos. Blake Pierce tambiГ©n es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE (que cuenta con nueve libros), de la serie de misterio de AVERY BLACK (que cuenta con seis libros), de la serie de misterio de KERI LOCKE (que cuenta con cinco libros), de la serie de misterio LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE (que cuenta con tres libros), de la serie de misterio de KATE WISE (que cuenta con dos libros), de la serie de misterio psicolГіgico de CHLOE FINE (que cuenta con dos libros) y de la serie de misterio psicolГіgico de JESSE HUNT (que cuenta con tres libros).



Blake Pierce es un ГЎvido lector y fan de toda la vida de los gГ©neros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, asГ­ que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com (http://www.blakepierceauthor.com/) para saber mГЎs y mantenerte en contacto.



Derechos de autor В© 2017 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. A excepciГіn de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976 y las leyes de propiedad intelectual, ninguna parte de esta publicaciГіn puede ser reproducida o distribuida en cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en un sistema de bases de datos o de recuperaciГіn sin el previo permiso del autor. Este libro electrГіnico estГЎ licenciado para tu disfrute personal solamente. Este libro electrГіnico no puede ser revendido o dado a otras personas. Si te gustarГ­a compartir este libro con otras personas, por favor compra una copia adicional para cada destinatario. Si estГЎs leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado solo para tu uso, por favor regrГ©salo y compra tu propia copia. Gracias por respetar el trabajo arduo de este autor. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son productos de la imaginaciГіn del autor o se emplean como ficciГіn. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es totalmente coincidente. Los derechos de autor de la imagen de la cubierta son de d1sk, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com.


LIBROS ESCRITOS POR BLAKE PIERCE



SERIE DE MISTERIO PSICOLГ“GICO DE SUSPENSO DE JESSE HUNT

EL ESPOSA PERFECTA (Book #1)

EL TIPO PERFECTO (Book #2)



SERIE DE MISTERIO PSICOLГ“GICO DE SUSPENSO DE CHLOE FINE

Al LADO (Libro #1)

LA MENTIRA DEL VECINO (Libro #2)

CALLEJГ“N SIN SALIDA (Libro #3)



SERIE DE MISTERIO DE KATE WISE

SI ELLA SUPIERA (Libro #1)

SI ELLA VIERA (Libro #2)



SERIE LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE

VIGILANDO (Libro #1)

ESPERANDO (Libro #2)

ATRAYENDO (Libro #3)



SERIE DE MISTERIO DE RILEY PAIGE

UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1)

UNA VEZ TOMADO (Libro #2)

UNA VEZ ANHELADO (Libro #3)

UNA VEZ ATRAГЌDO (Libro #4)

UNA VEZ CAZADO (Libro #5)

UNA VEZ CONSUMIDO (Libro #6)

UNA VEZ ABANDONADO (Libro #7)

UNA VEZ ENFRIADO (Libro #8)

UNA VEZ ACECHADO (Libro #9)

UNA VEZ PERDIDO (Libro #10)

UNA VEZ ENTERRADO (Libro #11)

UNA VEZ ATADO (Libro #12)

UNA VEZ ATRAPADO (Libro #13)

UNA VEZ LATENTE (Libro #14)



SERIE DE MISTERIO DE MACKENZIE WHITE

ANTES DE QUE ASESINE (Libro #1)

ANTES DE QUE VEA (Libro #2)

ANTES DE QUE DESEE (Libro #3)

ANTES DE QUE ARREBATE (Libro #4)

ANTES DE QUE NECESITE (Libro #5)

ANTES DE QUE SIENTA (Libro #6)

ANTES DE QUE PEQUE (Libro #7)

ANTES DE QUE CACE (Libro #8)

ANTES DE QUE SE APROVECHE (Libro #9)

ANTES DE QUE ANHELE (Libro #10)

ANTES DE QUE SE DESCUIDE (Libro #11)



SERIE DE MISTERIO DE AVERY BLACK

UNA RAZГ“N PARA MATAR (Libro #1)

UNA RAZГ“N PARA HUIR (Libro #2)

UNA RAZГ“N PARA ESCONDERSE (Libro #3)

UNA RAZГ“N PARA TEMER (Libro #4)

UNA RAZГ“N PARA RESCATAR (Libro #5)

UNA RAZГ“N PARA ATERRARSE (Libro #6)



SERIE DE MISTERIO DE KERI LOCKE

UN RASTRO DE MUERTE (Libro #1)

UN RASTRO DE ASESINATO (Libro #2)

UN RASTRO DE VICIO (Libro #3)

UN RASTRO DE CRIMEN (Libro #4)

UN RASTRO DE ESPERANZA (Libro #5)


CONTENIDO

PRГ“LOGO (#u4bc784dc-7487-548f-9406-6275c2d5d8f5)

CAPГЌTULO UNO (#ucadd9f22-36c7-565d-9b82-619d7ea12afc)

CAPГЌTULO DOS (#u72440eb0-c831-59c4-9292-9fe238953373)

CAPГЌTULO TRES (#u2ceb5b23-d3a0-52d8-b2da-8675bf1dabae)

CAPГЌTULO CUATRO (#uea14848d-e05f-5830-85ea-557c55fd8b05)

CAPГЌTULO CINCO (#u2ee2927c-e70e-50a9-894c-8a49d6ff53ec)

CAPГЌTULO SEIS (#ud04448eb-e916-5a20-ae86-c4c92bb01e19)

CAPГЌTULO SIETE (#u094c5780-dc1d-5c08-874f-54298b2be625)

CAPГЌTULO OCHO (#u7561bc98-6f09-5cc8-8743-ed552a630146)

CAPГЌTULO NUEVE (#uf223eecd-15d2-509e-8171-aaceb052b31b)

CAPГЌTULO DIEZ (#u32ab752d-0549-5332-9aec-1e4560fd1fd9)

CAPГЌTULO ONCE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DOCE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TRECE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CATORCE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO QUINCE (#litres_trial_promo)

CAPÍTULO DIECISÉIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIECISIETE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIECIOCHO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIECINUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTIUNO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTIDГ“S (#litres_trial_promo)

CAPÍTULO VEINTITRÉS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTICUATRO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTICINCO (#litres_trial_promo)

CAPÍTULO VEINTISÉIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTISIETE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTIOCHO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTINUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y UNO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y DOS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y TRES (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y CUATRO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y CINCO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y SEIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y SIETE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y OCHO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y NUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y UNO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y DOS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y TRES (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y CUATRO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y CINCO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y SEIS (#litres_trial_promo)




PRГ“LOGO


El coronel Dutch Adams mirГі su reloj mientras caminaba por el fuerte Nash Mowat y vio que eran las 0500 horas. Era una maГ±ana fresca y oscura en el sur de California y todo parecГ­a estar bien.

OyГі la voz de una mujer gritar fuertemente...

“¡El comandante de la guarnición está presente!”.

Se volviГі a tiempo para ver un pelotГіn en entrenamiento ponerse firmes ante la orden de la sargento instructor. El coronel Adams hizo una pausa para devolver su saludo y siguiГі su camino. AcelerГі el paso, con la esperanza de no llamar la atenciГіn de los otros sargentos instructores. No querГ­a interrumpir mГЎs pelotones de formaciГіn mientras estaban reunidos en sus ГЎreas de formaciГіn.

SintiГі un espasmo en su rostro. DespuГ©s de todos estos aГ±os, todavГ­a no estaba muy acostumbrado a oГ­r voces femeninas espetando comandos. Incluso ver pelotones mixtos a veces lo sorprendГ­a un poco. El ejГ©rcito habГ­a cambiado desde sus dГ­as como recluta adolescente. No le gustaban muchos de esos cambios.

Mientras continuaba su camino, oyГі las voces de otros sargentos de instrucciГіn, tanto masculinos como femeninos, ordenando a sus pelotones a formarse.

“Ya no tienen el mismo mando”, pensó.

JamГЎs olvidarГ­a el abuso que recibiГі por parte de su propio sargento de instrucciГіn hace todos esos aГ±os, las invectivas salvajes contra su familia y ascendencia, los insultos y obscenidades.

SonriГі un poco. ВЎEse bastardo Driscoll!

El sargento Driscoll muriГі hace muchos aГ±os. No en combate, como sin duda habrГ­a preferido, sino de una apoplejГ­a causada por hipertensiГіn. En esos dГ­as, la hipertensiГіn fue un riesgo laboral de los sargentos de instrucciГіn.

El coronel Adams jamГЎs olvidarГ­a a Driscoll y, para Г©l, asГ­ es que deberГ­an ser las cosas. Un sargento de instrucciГіn debГ­a dejar una huella imborrable en la mente de un soldado durante el resto de su vida. DebГ­a ser un ejemplo vivo del peor infierno imaginable. El sargento Driscoll definitivamente habГ­a tenido ese impacto en la vida del coronel Adams. ВїLos entrenadores bajo su mando aquГ­ en el fuerte Nash Mowat dejarГ­an ese tipo de huella en sus reclutas?

El coronel Adams lo dudaba.

“Demasiada corrección política”, pensó.

La suavidad ahora incluso formaba parte del manual de entrenamiento del ejГ©rcito:

“El estrés creado por el abuso físico o verbal no es productivo y está prohibido”.

Se burlГі mientras pensaba en las palabras.

“Eso es pura mierda”, murmuró en voz baja.

Pero el ejГ©rcito habГ­a estado encaminГЎndose en esta direcciГіn desde la dГ©cada de los 1990. SabГ­a que ya debГ­a estar acostumbrado a eso. Pero jamГЎs podrГ­a hacerlo.

De todos modos, no tendrГ­a que lidiar con eso por mucho mГЎs tiempo. Se retirarГ­a en un aГ±o, y su ambiciГіn final era ser ascendido a general de brigada antes de esa fecha.

De repente, Adams fue distraГ­do de sus meditaciones ante una vista desconcertante.

Los reclutas del pelotГіn #6 estaban dispersos en su ГЎrea de formaciГіn, haciendo ejercicios de calistenia, otros simplemente parados de brazos cruzados hablando entre sГ­.

El coronel Adams se detuvo en seco y gritГі.

“¡Soldados! ¿Dónde demonios está su sargento?”.

Nerviosos, los reclutas lo saludaron.

“En descanso”, dijo Adam. “¿Alguien responderá mi maldita pregunta?”.

Una recluta hablГі.

“Desconocemos el paradero del sargento Worthing, señor”.

Adams apenas podГ­a creer lo que estaba oyendo.

“¿Qué quieren decir con eso?”, exigió.

“Nunca se presentó para la formación, señor”.

Adams gruГ±Гі en voz baja.

El sargento Clifford Worthing jamГЎs se comportaba asГ­. De hecho, Worthing era uno de los pocos sargentos de instrucciГіn que Adams respetaba. Era de la vieja escuela, o al menos querГ­a serlo. A menudo aparecГ­a en la oficina de Adams quejГЎndose de que las reglas lo frenaban.

Aun asГ­, Adams sabГ­a que Worthing ignoraba las reglas tanto como podГ­a. A veces los reclutas se quejaban de sus exigencias rigurosas y abuso verbal. Esas quejas complacГ­an a Adams.

Pero, ВїdГіnde estaba Worthing en este momento?

Adams se abriГі paso entre los reclutas y entrГі en el cuartel, pasando las filas de camas hasta que llegГі a la oficina de Worthing.

TocГі la puerta fuertemente.

“Worthing, ¿estás ahí?”.

Nadie respondiГі.

“Worthing, es tu coronel. Más te vale que respondas si estás ahí”.

Nadie respondiГі.

Adams girГі el pomo y abriГі la puerta.

La oficina estaba inmaculadamente limpia, y no habГ­a nadie adentro.

“¿Dónde diablos está?”, se preguntó Adams.

ВїWorthing siquiera se presentГі en la base esta maГ±ana?

Entonces Adams vio el letrero de NO FUMAR en la pared de la oficina.

RecordГі que el sargento Worthing fumaba.

ВїEl sargento instructor habГ­a salido a fumarse un cigarrillo?

“No, no puede ser”, dijo Adams en voz alta.

Eso no tenГ­a sentido.

Aun asГ­, Adams saliГі de la oficina y se dirigiГі a la puerta trasera de las barracas.

AbriГі la puerta y se quedГі mirando fijamente la luz de la maГ±ana.

No tuvo que buscar por mucho tiempo.

El sargento Worthing estaba en cuclillas con la espalda contra la pared de las barracas, un cigarrillo colgando de su boca.

“Worthing, ¿qué demonios...?”, espetó Adams.

Luego retrocediГі ante lo que vio.

HabГ­a una gran mancha oscura y hГєmeda en la pared.

Esa mancha llegaba al lugar donde Worthing estaba agachado.

Entonces Adams vio el agujero negro en el centro de la cabeza de Worthing.

Era una herida de bala.

La herida de entrada era pequeГ±a, pero la herida de salida habГ­a acabado con gran parte del crГЎneo de Worthing. El hombre fue asesinado de un tiro mientras estuvo aquГ­ fumГЎndose un cigarrillo. El disparo habГ­a sido tan limpio que el sargento habГ­a muerto al instante, tanto asГ­ que ni el cigarrillo cayГі de su boca.

“Dios mío”, murmuró Adams. “No otra vez”.

MirГі a su alrededor. Un gran campo vacГ­o se extendГ­a detrГЎs de las barracas. El disparo habГ­a sido expedido desde lejos. Eso significaba que esto era obra de un tirador experto.

Adams negГі con la cabeza con incredulidad.

Su vida estaba a punto de complicarse y volverse muy agravante.




CAPГЌTULO UNO


Riley Paige estaba mirando por una ventana abierta de su casa adosada. Era un dГ­a de primavera precioso, uno de esos dГ­as de cuentos de hadas con pГЎjaros cantando y flores floreciendo. El aire olГ­a a fresco y limpio. Y, sin embargo, una oscuridad seguГ­a atormentГЎndola.

TenГ­a la extraГ±a sensaciГіn de que toda esta belleza era terriblemente frГЎgil.

Es por eso que mantuvo las manos colgando a sus lados, como si estuviera en una tienda llena de porcelana delicada, y un solo movimiento en falso pudiera romper algo precioso y caro. O tal vez era como si esta tarde perfecta fuera solo una ilusiГіn que se desvanecerГ­a solo para revelar...

“¿Qué?”, se preguntó Riley.

ВїLa oscuridad de un mundo lleno de dolor, terror y maldad?

O la oscuridad que acechaba dentro de su propia mente, Вїla oscuridad de demasiados pensamientos y secretos espantosos?

Una voz de una niГ±a interrumpiГі las reflexiones de Riley.

“¿En qué estás pensando, mamá?”.

Riley se dio la vuelta. Se dio cuenta de que habГ­a olvidado momentГЎneamente las otras personas que se encontraban en la sala de estar.

La chica que habГ­a hablado era Jilly, la flaca de trece aГ±os de edad que Riley estaba en el proceso de adoptar.

“Nada”, dijo Riley en respuesta.

Su ex vecino apuesto, Blaine Hildreth, le sonriГі.

“Definitivamente parecías estar en otro mundo”, dijo.

Blaine acababa de llegar a casa de Riley con su hija adolescente, Crystal.

Riley dijo: “Creo que estaba preguntándome dónde está April”.

Era una fuente de preocupaciГіn. La hija de quince aГ±os de Riley aГєn no habГ­a llegado a casa de la escuela. ВїNo sabГ­a que habГ­an planificado ir a cenar en el restaurante de Blaine?

Cristal y Jilly sonrieron maliciosamente.

“Ah, ella estará aquí pronto”, dijo Jilly.

“En cualquier momento”, agregó Crystal.

Riley se preguntГі quГ© sabГ­an las chicas que ella no. Esperaba que April no estuviera metida en problemas. April habГ­a pasado por una fase de rebeldГ­a y habГ­a sufrido un gran trauma hace unos meses. Pero ella parecГ­a estar mucho mejor ahora.

Entonces Riley mirГі a los otros y se dio cuenta de algo.

“Blaine, Crystal, no les he preguntado si quieren algo de beber. Tengo ginger ale. Y whisky americano para ti, Blaine, si quieres”

“Ginger ale, gracias”, dijo Blaine.

“Para mí también, por favor”, dijo Crystal.

Jilly empezГі a levantarse de la silla.

“Yo los sirvo”, dijo Jilly.

“Eso no es necesario”, dijo Riley. “Yo me encargo”.

Riley se dirigiГі directamente a la cocina, bastante complacida por tener algo que hacer. Servir refrescos normalmente serГ­a el trabajo de Gabriela, el ama de llaves guatemalteca de Riley. Pero Gabriela tenГ­a el dГ­a libre y estaba visitando amigos. Gabriela a veces hacГ­a a Riley sentirse malcriada y era agradable poder servir unas bebidas por su cuenta. TambiГ©n mantenГ­a la mente de Riley concentrada en el presente agradable.

SirviГі vasos de ginger ale para Crystal y Blaine y tambiГ©n para ella y Jilly.

Mientras llevaba la bandeja con las bebidas a la sala de estar, Riley escuchГі la puerta principal abrirse. Entonces oyГі la voz de April hablando con alguien que habГ­a traГ­do con ella.

Riley estaba repartiendo las bebidas cuando entrГі April, seguida por un chico de su edad. Se vio sorprendida de ver a Blaine y Crystal.

“¡Ay!”, dijo April con un suspiro. “No esperaba...”.

Entonces April se sonrojГі de vergГјenza.

“¡Dios mío, se me olvidó por completo! ¡Íbamos a salir esta noche! ¡Lo siento mucho!”.

Jilly y Crystal se estaban riendo. Ahora Riley comprendiГі la razГіn de su diversiГіn. SabГ­an que April tenГ­a un nuevo novio, y que probablemente habГ­a olvidado la cena porque estaba demasiado perdida en Г©l.

“Recuerdo esa época”, pensó Riley, recordando con nostalgia sus propios enamoramientos adolescentes.

Complacida de que April lo habГ­a traГ­do a casa para presentarlo, Riley observГі al chico rГЎpidamente. Inmediatamente le gustГі lo que vio. Al igual que April, era alto, desgarbado y medio torpe. TenГ­a el pelo de color rojo brillante, pecas, ojos azules brillantes y una sonrisa torpe y amable.

April dijo: “Mamá, él es Liam Schweppe. Liam, ella es mi mamá”.

Liam le ofreciГі su mano a Riley.

“Encantado de conocerla, Sra. Paige”, dijo.

Su voz tenГ­a un chillido adolescente que hizo que Riley sonriera.

“Me puedes llamar Riley”, dijo.

April dijo: “Mamá, Liam es...”.

April se detuvo en seco. Al parecer no estaba lista para decir “mi nuevo novio”.

En lugar de eso, dijo: “Él es el capitán del equipo de ajedrez de la escuela”.

Riley cada vez estaba mГЎs entretenida.

“Así que supongo que estás enseñando a April a jugar al ajedrez”, dijo.

“Estoy tratando de hacerlo”, dijo Liam.

Riley no pudo evitar reírse un poco. Ella jugaba el ajedrez bastante y llevaba muchos años tratando de interesar a April en el juego. No obstante, April siempre había descartado la idea y consideraba que el ajedrez estaba fuera de moda, una “cosa de viejos” que no la interesaba.

Su actitud parecГ­a haber cambiado ahora que un chico lindo estaba involucrado.

Riley invitГі a Liam a sentarse con los otros.

Ella le dijo: “Te ofrecería algo de beber, pero estamos a punto de salir a cenar”.

“La cena que April olvidó”, dijo Liam, su sonrisa ensanchándose un poco.

“Eso es correcto”, dijo Riley. “¿Por qué no nos acompañas?”.

April se estaba sonrojando mГЎs.

“Mamá...”, comenzó.

“Mamá, ¿qué?”, dijo Riley.

“Estoy segura de que Liam tiene otros planes”, dijo April.

Riley se rio. Obviamente estaba metiéndose en el territorio de “mamá mala onda” de nuevo. Parecía que April estaba lista para introducirle a Liam, pero una cena familiar era demasiado para ella.

“¿Qué te parece, Liam?”, preguntó Riley.

“Me parece bien, gracias”, dijo Liam. “¿Adónde vamos?”.

“A El Grill de Blaine”, dijo Riley.

Los ojos de Liam se iluminaron de emociГіn.

“Vaya. ¡He oído grandes cosas sobre ese lugar!”.

Ahora Blaine Hildreth era el que estaba sonriendo.

“Gracias”, le dijo a Liam. “Soy Blaine, el dueño del restaurante”.

Liam se echГі a reГ­r.

“¡Qué genial!”, dijo.

“Vámonos a cenar”, dijo Riley.



*



Un poco mГЎs tarde, Riley estaba disfrutando de una deliciosa cena con April, Jilly, Blaine, Crystal y Liam. Todos estaban sentados en el patio de El Grill de Blaine, disfrutando del buen tiempo, asГ­ como de la comida maravillosa.

Riley estaba hablando de ajedrez con Liam, discutiendo tГЎcticas de planificaciГіn. Estaba impresionada por su conocimiento del juego. Se preguntГі cГіmo le irГ­a si jugara en su contra. Supuso que probablemente perderГ­a. Era una buena jugadora, pero Г©l ya era el capitГЎn de un equipo de ajedrez y solo era estudiante del segundo aГ±o. AdemГЎs, habГ­a tenido pocas oportunidades de jugar Гєltimamente.

“Debe ser bastante bueno”, se imaginó.

La idea le gustaba mucho. Riley sabГ­a que April era muy brillante y era bueno que tenГ­a un novio que podГ­a desafiarla.

Mientras ella y Liam hablaron, Riley se preguntГі el estatus de su relaciГіn. Solo quedaban dos meses del aГ±o escolar. ВїSe separarГ­an y perderГ­an el interГ©s? Riley esperaba que no fuera asГ­.

“¿Qué harás este verano, Liam?”, preguntó Riley.

“Iré al campamento de ajedrez”, dijo Liam. “En realidad seré entrenador. He estado tratando de convencer a April para que vaya conmigo”.

Riley mirГі a April.

“¿Por qué no vas, April?”, preguntó.

April se sonrojГі de nuevo.

“No sé”, dijo. “Estaba pensando en ir al campamento de fútbol. Eso es más lo mío. Probablemente me sentiría fuera de lugar en el campamento de ajedrez”.

“No, ¡claro que no!”, dijo Liam. “Habrá jugadores de todos los niveles, incluyendo algunos que apenas están empezando a aprender el juego, como tú. Y queda aquí en Fredericksburg, así que no tendrías que viajar”.

“Lo voy a pensar”, dijo April. “En este momento solo quiero concentrarme en mis notas”.

A Riley le contentaba el hecho de que Liam no parecía ser estar distrayendo a April de la escuela. Sin embargo, Riley deseaba que al menos considerara asistir al campamento de ajedrez. Pero sabía que lo mejor era no presionarla. Eso podría convertirse en otra cosa que hacen las “mamás mala onda”. Lo mejor era que Liam tratara de persuadirla.

De todos modos, Riley estaba contenta de ver a April tan feliz. Con el cabello oscuro y ojos color avellana como Riley, a veces April se veГ­a demasiado adulta. Riley recordГі que habГ­a elegido el nombre April debido a que era su mes favorito. Y era su mes favorito debido a dГ­as como este.

Blaine levantГі la mirada de su comida y se centrГі en Riley.

Dijo: “Cuéntanos de este premio que vas a recibir mañana, Riley”.

Era el turno de Riley de sonrojarse un poco.

“No es gran cosa”, dijo.

Jilly dejГі escapar un chillido de protesta.

“¡Claro que es gran cosa!”, dijo Jilly. “Se llama el Premio de la Perseverancia, y lo va a recibir por este caso enfriado que acaba de resolver. El jefe de todo el FBI va a otorgárselo”.

Los ojos de Blaine se abrieron.

“¿Estás hablando del director Milner?”, dijo.

Riley se sentГ­a realmente incГіmoda y cohibida ahora.

Se echГі a reГ­r de los nervios.

“No es tan impresionante como suena”, dijo. “No es gran cosa que venga a Quántico. Trabaja aquí mismo en DC”.

Blaine se quedГі boquiabierto del asombro.

Jilly dijo: “Blaine, April y yo saldremos de la escuela temprano para verla recibir el premio. Crystal y tú deberían acompañarnos”.

Blaine y Crystal ambos dijeron que les encantarГ­a asistir.

“Está bien”, dijo Riley, sintiéndose avergonzada. “Espero no se aburran. De todos modos, ese no es el mayor evento de mañana. Jilly es la protagonista de la obra de la escuela y se presentará mañana por la noche. Eso es mucho más importante”.

Ahora Jilly estaba sonrojada.

“No soy la protagonista, mamá”, dijo.

Riley se rio ante la repente timidez de Jilly.

“Bueno, tienes uno de los papeles principales. Eres Perséfone en una obra llamada Deméter y Perséfone. ¿Por qué no nos cuentas la historia?”.

Jilly empezГі a contar la historia del mito griego, tГ­midamente al principio, pero cada vez mГЎs entusiasmada mientras seguГ­a. Riley se sentГ­a cada vez mГЎs complacida. Una de sus hijas estaba aprendiendo a jugar al ajedrez; la otra estaba emocionada por la mitologГ­a griega.

“Tal vez las cosas están mejorando”, pensó.

Sus esfuerzos en el matrimonio y la familia habГ­an sido problemГЎticos. Recientemente habГ­a cometido un grave error, tratando de dejar que su ex esposo, Ryan, entrara de nuevo en su vida y en las vidas de sus hijas. Ryan habГ­a demostrado ser el mismo hombre incapaz de compromiso de siempre.

ВїPero ahora?

Riley mirГі a Blaine, y se dio cuenta de que ya Г©l la estaba mirando. Estaba sonriendo, y ella le devolviГі la sonrisa. Definitivamente habГ­a una chispa entre ellos. Incluso habГ­an bailado y besado durante una cita este pasado mes, su Гєnica cita a solas hasta el momento. Pero Riley se encogiГі un poco por dentro al recordar lo incГіmodamente que habГ­a terminado: ella corriendo a trabajar en un caso.

Blaine parecГ­a haberla perdonado.

Pero, Вїhacia dГіnde iban las cosas entre ellos?

Una vez mГЎs esa oscuridad al acecho se apoderГі de Riley.

Tarde o temprano, esta ilusiГіn feliz de familia y amistad podrГ­a dar paso a la realidad de la maldad, asesinato, crueldad y monstruos humanos.

Y tenГ­a la sensaciГіn de que eso sucederГ­a muy pronto.




CAPГЌTULO DOS


Sentada en la primera fila del auditorio en QuГЎntico, Riley se sentГ­a terriblemente incГіmoda. HabГ­a enfrentado un sinnГєmero de asesinos despiadados sin perder la compostura. Pero, en este momento, se sentГ­a a punto de entrar en pГЎnico.

El director del FBI, Gavin Milner, estaba parado en el podio en la parte delantera de la gran sala. Estaba hablando de la larga trayectoria de Riley, especialmente del caso por el que estaba siendo honrada, el caso enfriado del llamado “Asesino de la Caja de Fósforos”.

A Riley le sorprendiГі el ronroneo distinguido de su voz. No habГ­a hablado mucho con el director Milner, pero le agradaba. Era un hombre delgado y apuesto con un bigote impecablemente arreglado. Riley pensГі que se veГ­a y sonaba mГЎs como un decano de una escuela de bellas artes que como la cabeza de la organizaciГіn de aplicaciГіn de ley mГЎs Г©lite de la naciГіn.

Riley no habГ­a estado prestГЎndole mucha atenciГіn a sus palabras. Estaba demasiado nerviosa y acomplejada. Pero ahora que parecГ­a que estaba llegando al final de su discurso, Riley comenzГі a prestar mГЎs atenciГіn.

Milner dijo: “Todos sabemos del coraje, inteligencia y gracia bajo presión de la agente especial Riley Paige. Ha sido galardonada por todas estas cualidades en el pasado. Pero hoy estamos aquí para honrarla por algo diferente, por su tenacidad, su determinación por hacer justicia. Debido a sus esfuerzos, un asesino que cobró tres víctimas en veinticinco años al fin comparecerá ante la justicia. Todos estamos en deuda con ella por su servicio, y por su ejemplo”.

SonriГі, mirГЎndola directamente. CogiГі la caja en la que estaba guardada el premio.

“Esa es mi señal de entrada”, pensó Riley.

Sus piernas se sentГ­an inestables mientras se levantГі de la silla y se abriГі paso al escenario.

Se colocГі a un lado del podio y Milner colocГі la medalla de la perseverancia alrededor de su cuello.

Se sentГ­a sorprendentemente pesada.

“Qué extraño”, pensó Riley. “Las otras no se sintieron así”.

HabГ­a recibido otros tres premios anteriormente, el Escudo de la ValentГ­a y medallas de valor y logro meritorio.

Pero esta se sentГ­a mГЎs pesada... y diferente.

Se sentГ­a casi mal de alguna manera.

Riley no estaba segura del por quГ©.

El director del FBI le dio unas palmaditas en el hombro y se rio un poco.

Le dijo a Riley en un susurro...

“Algo más para añadir a tu colección, ¿cierto?”.

Riley se rio con nerviosismo y estrechГі la mano del director.

Las personas en el auditorio comenzaron a aplaudir.

De nuevo con una sonrisa y en un casi susurro, el director Milner le dijo: “Es hora de enfrentar tu público”.

Riley se dio la vuelta y se sintiГі abrumada por lo que vio.

HabГ­a mГЎs gente en el auditorio de lo que creГ­a. Y todos los rostros eran conocidos, amigos, familiares, compaГ±eros de trabajo y personas que habГ­a ayudado o salvado en el cumplimiento de su deber.

Todos estaban de pie, sonriendo y aplaudiendo.

Riley sintiГі un nudo en la garganta y lГЎgrimas se formaron en sus ojos.

“Todos ellos creen en mí”.

Se sentГ­a agradecida y humillada, pero tambiГ©n culpable.

ВїQuГ© pensarГ­an estas mismas personas de ella si supieran todos sus secretos mГЎs oscuros?

No sabГ­an nada acerca de su relaciГіn actual con un asesino salvaje pero brillante que se habГ­a escapado de Sing Sing. Desde luego no sospechaban que el criminal la habГ­a ayudado a resolver varios casos. Y no habГ­a forma de que supieran lo irremediablemente entrelazada que estaba la vida de Riley con la de Shane Hatcher.

Riley casi se estremeciГі ante la idea.

No era de extraГ±ar que esta medalla se sentГ­a mГЎs pesada que las otras.

“No, no me merezco esto”, pensó Riley.

Pero ВїquГ© podГ­a hacer? ВїDarse la vuelta y regresГЎrsela al director Milner?

En su lugar, se las arreglГі para sonreГ­r y pronunciar unas palabras de agradecimiento. Luego bajГі del escenario con cuidado.



*



Unos momentos mГЎs tarde, Riley estaba en una sala grande y llena de personas con refrescos en las manos. ParecГ­a que la mayorГ­a de las personas que habГ­an estado en el auditorio estaban aquГ­. Ella era el centro de un remolino de actividad mientras todos tomaron turnos felicitГЎndola. Estaba agradecida por la presencia estabilizadora del director Milner, quien estaba parado a su lado.

Los primeros en felicitarla fueron sus colegas, otros agentes de campo, especialistas, administradores y trabajadores de oficina.

La mayorГ­a de ellos estaban visiblemente felices por ella. Por ejemplo, Sam Flores, la cabeza del equipo de anГЎlisis tГ©cnico de QuГЎntico, subiГі un pulgar y le dio una sonrisa sincera antes de seguir adelante.

Pero Riley tenГ­a algunos enemigos, y ellos estaban aquГ­ tambiГ©n. La mГЎs joven era Emily Creighton, una agente bastante inexperta que se creГ­a la rival de Riley. Riley le llamГі la atenciГіn luego de cometer un error de novata hace unos meses y Creighton le guardГі rencor desde entonces.

Cuando llegó el turno de Creighton de felicitar a Riley, la agente más joven forzó una sonrisa a través de dientes apretados, le dio la mano, murmuró “Felicidades” y se alejó.

Otros colegas la felicitaron antes de que agente especial encargado Carl Walder dio un paso hacia Riley. Infantil tanto en apariencia como en comportamiento, Walder era la personificaciГіn absoluta de un burГіcrata en los ojos de Riley. Siempre estaban en desacuerdo. De hecho, la habГ­a suspendido e incluso despedido en varias ocasiones.

Pero en este momento su expresiГіn de buena voluntad la tenГ­a muy entretenida. Con el director Milner parado a su lado, Walder no se atreviГі a mostrar nada mГЎs que respeto fingido.

Su mano estaba hГєmeda y frГ­a cuando estrechГі la suya y vio gotas de sudor en su frente.

“Una distinción bien merecida, agente Paige”, dijo con una voz temblorosa. “Estamos honrados de tenerte en la fuerza”.

Luego Walder estrechГі la mano del director del FBI.

“Nos alegra que esté aquí, director Milner”, dijo Walder.

“Es un placer”, dijo el director Milner.

Riley observГі el rostro del director. ВїNotГі una pequeГ±a sonrisa de superioridad mientras estrechГі la mano de Walder? No podГ­a estar segura. Pero sabГ­a que Walder no inspiraba mucho respeto en el FBI, ni en sus subordinados, ni en sus superiores.

Luego de que todos los colegas de QuГЎntico terminaron de felicitarla, la prГіxima ola de personas despertГі emociones poderosas. Eran personas que habГ­a conocido en el cumplimiento de su deber, familiares de vГ­ctimas de asesinato o personas que habГ­a salvado. Riley no habГ­a esperado que estuvieran aquГ­, sobre todo no un grupo tan grande de ellas.

La primera persona fue un hombre frágil de edad avanzada que había rescatado de una envenenadora loca en enero. Tomó la mano de Riley en las suyas y dijo con lágrimas en los ojos: “Gracias, gracias, gracias” una y otra vez.

Riley no pudo evitar llorar.

Luego fueron Lester y Eunice Pennington y su hija adolescente, Tiffany. En febrero, la hermana mayor de Tiffany, Lois, habГ­a sido asesinada por un joven enfermo. Riley no habГ­a visto a los Pennington desde que habГ­a resuelto su caso. Riley no podГ­a creer que estaban aquГ­. Los recordaba angustiados y afligidos. Pero estaban sonriendo a travГ©s de sus lГЎgrimas, felices por Riley y agradecidos por la justicia que les habГ­a dado.

Mientras Riley intercambiГі apretones de manos emocionales con ellos, se preguntГі cuГЎnto mГЎs de esto podrГ­a aguantar sin huir de la sala en lГЎgrimas.

Finalmente llegГі Paula Steen, la madre anciana de una chica que habГ­a sido asesinada hace veinticinco aГ±os en el caso por el que Riley estaba siendo condecorada hoy.

Riley se sintiГі verdaderamente abrumada.

Ella y Paula habГ­an estado en contacto desde hace muchos aГ±os, hablando por telГ©fono todos los aniversarios de la muerte de su hija.

La presencia de Paula aquГ­ hoy tomГі a Riley por sorpresa.

TomГі las manos de Paula, tratando de no romper en llanto.

“Paula, gracias por venir”, logró balbucear través de las lágrimas. “Espero sigamos en contacto”.

La sonrisa de Paula era radiante, y ella no estaba llorando en absoluto.

“Te seguiré llamando una vez al año, como siempre, lo prometo”, dijo Paula. “Bueno, mientras siga viva. Ahora que has atrapado al asesino de Tilda, me siento lista para pasar al otro mundo y estar con ella y mi esposo. Llevan mucho tiempo esperándome. Muchas gracias”.

Riley sintiГі un dolor repentino en su interior.

Paula le estaba dando las gracias por la paz que ahora sentГ­a, le estaba dando las gracias por permitirle morir al fin.

Era demasiado para Riley.

Simplemente no podГ­a hablar.

En cambio, le dio un beso en la mejilla a Paula y la anciana se alejГі.

La gente se estaba yendo ahora y la sala estaba mucho menos concurrida.

Pero los que mГЎs le importaban aГєn seguГ­an ahГ­. Blaine, Crystal, Jilly, April y Gabriela habГ­an estado cerca, observГЎndola todo este tiempo. Riley se sintiГі especialmente alegre por la mirada de orgullo que vio en el rostro de Gabriela.

TambiГ©n vio que las chicas estaban sonriendo, mientras que la expresiГіn de Blaine era una de admiraciГіn impresionada. Riley esperaba que toda esta ceremonia no lo intimidara ni lo asustara.

Se contentГі mucho al ver el rostro de tres personas que se estaban acercando a ella. Una de ellas era su compaГ±ero desde hace muchos aГ±os, Bill Jeffreys. De pie junto a Г©l estaba Lucy Vargas, una agente joven entusiasta y prometedora quien consideraba a Riley una mentora. Junto a ella estaba Jake Crivaro.

Riley se sorprendiГі al ver a Jake. Fue su compaГ±ero hace muchos aГ±os y llevaba mucho tiempo jubilado. HabГ­a salido de su jubilaciГіn solo para ayudarla en el caso del Asesino de la Caja de FГіsforos, que lo habГ­a atormentado durante aГ±os.

“¡Jake!”, dijo Riley. “¿Qué estás haciendo aquí?”.

El hombre bajito y con un pecho fuerte y grueso se echГі a reГ­r.

“Oye, ¿qué clase de bienvenida es esa?”.

Riley se echГі a reГ­r y lo abrazo.

“Sabes a lo que me refiero”, dijo.

DespuГ©s de todo, Jake habГ­a vuelto a su apartamento en Florida justo cuando cerraron el caso. Estaba contenta de que estaba de vuelta, incluso si era mucho mГЎs pronto de lo que habГ­a esperado.

“No me habría perdido esto por nada del mundo”, dijo Jake.

Riley sintiГі una nueva oleada de culpa al abrazar a Bill.

“Bill, Jake... esto no es justo”.

“¿Que no es justo?”, preguntó Bill.

“Que me otorgaran este premio. Ustedes dos también trabajaron mucho en este caso”.

Lucy tomГі su turno para abrazar a Riley.

“Claro que es justo”, dijo Lucy. “El director Milner los mencionó. Les dio crédito también”.

Bill asintió y dijo: “Y no habríamos hecho nada en absoluto si no hubieses sido tan firme y terca con respecto a reabrir el caso”.

Riley sonriГі. Obviamente eso era cierto. ReabriГі el caso cuando nadie mГЎs creyГі que era posible de resolver.

De repente sintiГі una nueva ola de confusiГіn acerca de lo que habГ­a sucedido.

Miró a su alrededor y les dijo a Bill, Jake y Lucy: “Todas estas personas, ¿cómo se enteraron de esto?”.

Lucy dijo: “Bueno, estuvo en las noticias, por supuesto”.

Eso era cierto, pero para Riley eso no explicaba las cosas. Su premio habГ­a sido anunciado en un titular diminuto que nadie habrГ­a notado a menos que lo estuvieran buscando.

Entonces Riley vio una sonrisa maliciosa en el rostro de Bill.

“¡Se comunicó con todos!”, cayó en cuenta Riley.

QuizГЎs no se comunicГі con todas las personas de su pasado, pero definitivamente puso el motor en marcha.

Estaba sorprendida por las emociones contradictorias que sentГ­a.

Obviamente estaba agradecida con Bill por asegurarse de que este dГ­a fuera nada menos que extraordinario.

Pero, para su sorpresa, tambiГ©n estaba enojada.

Aunque lo habГ­a hecho sin darse cuenta, Bill habГ­a preparado una emboscada emocional para ella.

Lo peor de todo era que la habГ­a hecho llorar.

Pero se recordГі a sГ­ misma que lo habГ­a hecho por amistad y respeto.

Ella le dijo: “Tú y yo tendremos una pequeña charla sobre esto más adelante”.

Bill sonriГі y asintiГі.

“Estoy seguro de que sí”, dijo.

Riley se volviГі hacia su familia y amigos en espera, pero fue detenida en seco por su jefe, el jefe de equipo Brent Meredith. El hombre grande con rasgos angulosos negros no parecГ­a estar de humor para celebraciones.

Dijo: “Paige, Jeffreys, Vargas... Necesito verlos en mi oficina de inmediato”.

Sin decir mГЎs, Meredith saliГі de la sala.

Riley se sintiГі terrible, pero tuvo que decirles a Blaine, Gabriela y las chicas que la esperaran un rato mГЎs.

RecordГі la sensaciГіn de oscuridad que habГ­a sentido durante la cena de ayer.

“Ya llegó”, pensó.

Un nuevo mal estaba a punto de entrar en su vida.




CAPГЌTULO TRES


Mientras Riley siguiГі a Bill y Lucy por el pasillo hacia la oficina del jefe Meredith, tratГі de averiguar por quГ© se sentГ­a tan inestable. AГєn no podГ­a descifrar lo que la estaba molestando.

Se dio cuenta de que en parte era una sensaciГіn a la que se habГ­a acostumbrado hace mucho tiempo, esa aprehensiГіn familiar que sentГ­a cada vez que estaba a punto de recibir nuevas Гіrdenes.

Pero algo mГЎs estaba mezclado con esa sensaciГіn. No se sentГ­a como miedo o aprensiГіn. Ya habГ­a participado en demasiados casos en su carrera como para sentirse excesivamente preocupada por lo que estaba por venir.

Era algo que apenas reconocГ­a.

“¿Es alivio?”, se preguntó Riley.

SГ­, tal vez era eso.

La ceremonia y la recepciГіn se habГ­an sentido tan extraГ±as e irreales, provocando pensamientos y oleadas de emociones en conflicto.

Dirigirse a la oficina de Meredith se sentГ­a familiar, cГіmodo... y como un escape.

ВїPero un escape a quГ©?

Sin duda a un mundo conocido de crueldad y maldad.

Riley sintiГі escalofrГ­os por todo su cuerpo.

ВїQuГ© decГ­a de ella el hecho de que se sentГ­a mГЎs cГіmoda con la crueldad y maldad que con celebraciones y elogios?

No querГ­a pensar demasiado en esa pregunta, y ella tratГі de quitarse de encima esa sensaciГіn ansiosa mientras caminaba. Pero no podГ­a hacerlo.

ParecГ­a que estaba sintiГ©ndose cada vez menos cГіmoda consigo misma Гєltimamente.

Cuando Riley, Bill y Lucy llegaron a la gran oficina de Meredith, el jefe estaba de pie junto a su escritorio.

Otra persona ya estaba allГ­, una joven afroamericana con el cabello liso y corto y ojos grandes e intensos. Se puso de pie al ver a Riley y sus compaГ±eros.

Meredith dijo: “Agentes Paige, Jeffreys y Vargas, quiero que conozcan a la agente especial Jennifer Roston”.

Riley mirГі a la mujer con la que habГ­a hablado por telГ©fono justo despuГ©s de haber resuelto el caso del Asesino de la Caja de FГіsforos. Jennifer Roston no era alta, pero se veГ­a atlГ©tica y completamente competente. La expresiГіn en su rostro era la de una mujer que estaba segura de sus propias capacidades.

Roston le dio la mano a cada uno de ellos.

“He oído maravillas de ti”, le dijo Lucy.

“Has roto récords en la Academia”, dijo Bill.

Riley tambiГ©n habГ­a oГ­do maravillas de la agente Roston. Ya tenГ­a una reputaciГіn increГ­ble y habГ­a recibido excelentes recomendaciones.

“Estoy muy honrada de conocerlos”, dijo Roston con una sonrisa sincera. Luego, mirando a Riley directamente a los ojos, agregó: “Especialmente a ti, agente Paige. Me alegra conocerte en persona”.

Riley se sintiГі halagada. TambiГ©n se sintiГі inquieta.

A lo que todos se dirigieron a sus sillas a sentarse, Riley se preguntГі quГ© estaba haciendo Roston aquГ­ hoy. ВїMeredith la pondrГ­a a trabajar en un caso con Riley y sus dos colegas?

La idea hizo que Riley se sintiera un poco incГіmoda. Ella, Bill y Lucy habГ­an creado una excelente relaciГіn, una relaciГіn de trabajo fГЎcil y carente de problemas. ВїUna nueva adiciГіn a su pequeГ±o equipo no perturbarГ­a eso, al menos temporalmente?

Meredith respondió su pregunta. “Quería que los tres conocieran a la agente Roston porque la tengo trabajando en el caso de Shane Hatcher. Ya es hora de que atrapemos al desgraciado. La oficina central ha decidido hacer de él una prioridad. Es el momento de atraparlo, y necesitamos ojos frescos asignados a ese caso en particular”.

Riley se retorciГі un poco en el interior.

Ya sabГ­a que Roston estaba trabajando en el caso de Hatcher. De hecho, eso es lo que habГ­an discutido por telГ©fono. Roston habГ­a pedido acceso a los archivos informГЎticos de QuГЎntico sobre Shane Hatcher, y Riley le habГ­a dado el acceso.

Pero ВїquГ© estaba pasando en este momento?

Seguramente Meredith no los habГ­a traГ­do aquГ­ para trabajar juntos en el caso de Hatcher. No estaba segura de cuГЎnto Meredith sabГ­a de sus propias conexiones con Hatcher. HabrГ­a sido arrestada si su jefe estuviera plenamente consciente de que habГ­a dejado al asesino prГіfugo escaparse porque la habГ­a ayudado.

SabГ­a perfectamente bien que Hatcher probablemente estaba en las montaГ±as, escondiГ©ndose en la cabaГ±a que habГ­a heredado de su padre, permaneciendo allГ­ con el conocimiento y la total aprobaciГіn de Riley.

ВїCГіmo podrГ­a siquiera pretender estar tratando de llevarlo ante la justicia?

Bill le preguntó a Roston: “¿Cómo va todo?”.

Roston sonriГі.

“Apenas voy empezando, solo estoy investigando en este punto”.

Luego, mirando a Riley de nuevo, Roston dijo: “Aprecio el acceso que me diste a todos esos archivos”.

“Me alegra poder ser de ayuda”, dijo Riley.

Roston entrecerrГі los ojos un poco, su expresiГіn tornГЎndose curiosa.

“Ha sido de gran ayuda”, dijo. “Has recopilado bastante información. Aun así, pensé que habría más sobre las transacciones financieras de Hatcher”.

Riley reprimiГі un escalofrГ­o al recordar haber hecho algo precipitado justo despuГ©s de esa llamada telefГіnica.

Antes de darle a Roston acceso a los archivos de Hatcher, había borrado uno llamado “PENSAMIENTOS”, un archivo que no solo contenía los pensamientos y observaciones personales de Riley sobre Hatcher, sino también información financiera que probablemente llevaría a su captura. O por lo menos cortarle los recursos.

“No sé por qué hice esa locura”, pensó Riley.

Pero ya estaba hecho, y no podГ­a deshacerlo aunque quisiera.

Riley ahora se sentГ­a claramente incГіmoda bajo la mirada inquisitiva de Roston.

“Es un personaje difícil de alcanzar”, le dijo Riley a Roston.

“Sí, eso veo”, dijo Roston.

Roston siguiГі mirando a Riley.

Riley se sentГ­a muy incГіmoda.

“¿Ella ya sabe algo?”, se preguntó Riley.

Entonces Meredith dijo: “Eso es todo por ahora, agente Roston. Tengo otro asunto que debo discutir con Paige, Jeffreys y Vargas”.

Roston se levantГі y se despidiГі cortГ©smente.

Justo cuando salió de la sala, Meredith dijo: “Parece que tenemos un nuevo caso de asesinato en serie en el Sur de California. Alguien ha asesinado a tres sargentos de instrucción en el fuerte Nash Mowat. Un tirador experto les disparó a larga distancia. La víctima más reciente fue asesinada temprano esta mañana”.

Riley estaba intrigada, pero tambiГ©n un poco sorprendida.

“¿Ese no sería un caso del Comando de Investigaciones Criminales del Ejército?”, preguntó. Sabía que el comando normalmente investigaba delitos graves que se cometieron dentro del ejército estadounidense.

Meredith asintiГі.

“El comando ya está trabajando en él”, dijo. “Hay una oficina del comando en el fuerte Mowat, así que ya están trabajando. Pero, como ustedes saben, el jefe del cuerpo de la policía militar, Boyle, está a cargo del comando. Me llamó hace un rato para pedir la ayuda del FBI. Parece que este caso será especialmente desagradable, con todo tipo de repercusiones negativas en cuanto a relaciones públicas. Habrá un montón de mala prensa y presión política. Entre más pronto se resuelva, mejor para todos”.

Riley se preguntГі si esta era una buena idea. Nunca habГ­a oГ­do del FBI y el comando trabajando juntos en un caso. Le preocupaba que pudieran terminar interponiГ©ndose en el camino del otro, haciendo mГЎs daГ±o que bien.

Pero no objetГі. No le pertenecГ­a hacerlo.

“¿Cuándo salimos?”, preguntó Bill.

“Lo antes posible”, dijo Meredith. “¿Tienen sus maletas aquí?”.

“No”, dijo Riley. “Me temo que no me esperaba esto tan pronto”.

“Entonces empaquen sus cosas ahora mismo”.

Riley sintiГі un escalofrГ­o repentino.

“¡La obra de Jilly es esta noche!”, pensó.

Si Riley se iba en este momento, se lo perderГ­a.

“Jefe Meredith...”, comenzó.

“¿Sí, agente Paige?”.

Riley se detuvo. DespuГ©s de todo, el FBI acababa de otorgarle un premio y un aumento. ВїCГіmo podГ­a volverse atrГЎs ahora?

“Órdenes son órdenes”, se dijo a sí misma.

No habГ­a nada que pudiera hacer.

“Nada”, dijo.

“Está bien”, dijo Meredith, poniéndose de pie. “Muévanse entonces. Y resuelvan esto rápido. Otros casos esperan por ustedes”.




CAPГЌTULO CUATRO


El coronel Dutch Adams se quedГі mirando por la ventana de su oficina. TenГ­a una buena vista del fuerte Nash Mowat desde aquГ­. Incluso podГ­a ver el campo donde el sargento Worthing habГ­a sido asesinado esta maГ±ana.

“Maldita sea”, murmuró por en voz baja.

Hace menos de dos semanas el sargento Rolsky habГ­a sido asesinado exactamente de la misma manera.

Hace una semana el sargento Fraser fue asesinado de la misma forma.

Y ahora Worthing.

Tres buenos sargentos.

“Tremendas pérdidas”, pensó.

Y, hasta ahora, los agentes del comando no habГ­an sido capaces de resolver el caso.

Adams se quedГі preguntГЎndose...

“¿Cómo diablos terminé a cargo de este lugar?”.

HabГ­a tenido una buena carrera en general. Llevaba sus medallas con orgullo, la LegiГіn al MГ©rito, de tres Estrellas de Bronce, Medallas al Servicio Meritorio y un montГіn de otras.

AnalizГі su vida mientras miraba por la ventana.

ВїCuГЎles eran sus mejores recuerdos?

Seguramente su servicio durante la guerra en Irak, tanto en la OperaciГіn Tormenta del Desierto y la OperaciГіn Libertad Duradera.

ВїCuГЎles eran sus peores recuerdos?

Posiblemente la rutina acadГ©mica de acumular suficientes grados para obtener un cargo.

O tal vez estar de pie dando conferencias en aulas.

Pero incluso esos recuerdos no eran tan malos como tener que estar a cargo de este lugar.

Estar detrГЎs de un escritorio, redactar informes y presidir reuniones, todo eso era lo peor de todo para Г©l.

Aun asГ­, al menos habГ­a vivido cosas buenas.

Su carrera habГ­a supuesto un costo personal: tres divorcios y siete hijos mayores que no le hablaban. Ni siquiera estaba seguro de cuГЎntos nietos tenГ­a.

Y asГ­ tenГ­a que ser.

El ejГ©rcito siempre habГ­a sido su verdadera familia.

Pero ahora, despuГ©s de todos esos aГ±os, se sentГ­a distanciado, incluso del ejГ©rcito.

Entonces, ВїcГіmo se sentirГ­a retirarse del servicio militar? ВїFeliz o simplemente serГ­a otro divorcio feo?

DejГі escapar un suspiro amargo.

Si lograba su ambiciГіn final, se retirarГ­a como general de brigada. Aun asГ­, estarГ­a solo despuГ©s de su retiro. Pero tal vez eso era lo mejor.

Tal vez podría desaparecer en silencio, como uno de los “viejos soldados” proverbiales de Douglas MacArthur.

“O como un animal salvaje”, pensó.

HabГ­a sido un cazador toda su vida, pero no recordaba haber corrido tras la carcasa de un oso o un ciervo o cualquier otro animal salvaje que habГ­a muerto por causas naturales. Otros cazadores le habГ­an dicho lo mismo.

ВЎQuГ© misteriosos eran! ВїAdГіnde iban esas criaturas salvajes para morir y pudrirse?

Deseaba saberlo para que pudiera ir al lugar donde lo hacГ­an cuando llegara su tiempo.

Ahora mismo tenГ­a un antojo de un cigarrillo. Era un infierno no poder fumar en su propia oficina.

En ese momento, su telГ©fono de escritorio zumbГі. Era su secretaria en la oficina exterior.

La mujer dijo: “Coronel, tengo al jefe del cuerpo de la policía militar en la línea. Él quiere hablar con usted”.

El coronel Adams sintiГі una sacudida de sorpresa.

SabГ­a que el jefe del cuerpo de la policГ­a militar era el general de brigada Malcolm Boyle. Adams nunca habГ­a hablado con Г©l.

“¿De qué?”, preguntó Adams.

“Los asesinatos, creo”, dijo la secretaria.

Adams gruГ±Гі en voz baja.

“Por supuesto”, pensó.

El jefe del cuerpo de la policГ­a militar en Washington estaba a cargo de todas las investigaciones criminales del ejГ©rcito. Sin duda habГ­a oГ­do que la investigaciГіn aquГ­ se habГ­a rezagado.

“OK, hablaré con él”, dijo Adams.

TomГі la llamada.

A Adams no le gustГі el sonido de la voz del hombre inmediatamente. Era demasiado suave para su gusto, no tenГ­a el ladrido adecuado para un oficial de alto rango. Sin embargo, el hombre excedГ­a a Adams en posiciГіn. TenГ­a que al menos fingir respeto.

Boyle dijo: “Coronel Adams, solo quería darle un preaviso. Tres agentes del FBI de Quántico llegarán pronto para ayudar con la investigación de los asesinatos”.

Adams sintiГі una oleada de irritaciГіn. Г‰l consideraba que ya tenГ­a demasiados agentes trabajando en Г©l. Pero se las arreglГі para mantener su voz tranquila.

“Señor, no estoy seguro de que entiendo el por qué. Tenemos nuestra propia oficina del comando aquí en el fuerte Mowat. Están en el caso”.

La voz de Boyle sonГі un poco mГЎs dura ahora.

“Adams, han tenido tres asesinatos en menos de tres semanas. Me parece que necesitan ayuda”.

La frustraciГіn de Adams estaba creciendo cada vez mГЎs. Pero sabГ­a que no debГ­a mostrarlo.

Dijo: “Le digo esto con todo respeto… no sé por qué me llama con esta noticia. La coronel Dana Larson es la jefa del comando aquí en el fuerte Mowat. ¿Por qué no la llamó a ella primero?”.

La respuesta de Boyle tomГі a Adams completamente por sorpresa.

“La coronel Larson se puso en contacto conmigo. Pidió que llamara a la UAC. Así que llamé y coordiné todo”.

Adams estaba horrorizado.

“Esa perra”, pensó.

La coronel Dana Larson parecГ­a hacer todo lo posible para molestarlo cada vez que podГ­a.

ВїY quГ© estaba haciendo una mujer a cargo de una oficina del comando de todos modos?

Adams hizo todo lo posible para tragarse su disgusto.

“Lo entiendo, señor”, dijo.

Luego finalizГі la llamada.

El coronel Adams estaba que hervГ­a ahora. GolpeГі su puГ±o contra la mesa. ВїNo podГ­a expresar su opiniГіn sobre lo que sucedГ­a en este lugar?

Sin embargo, Гіrdenes eran Гіrdenes, y Г©l tenГ­a que obedecerlas.

Pero no tenГ­a que gustarle... y no tenГ­a que esforzarse por asegurarse de que las personas estuvieran cГіmodas.

GruГ±Гі en voz alta.

Las cosas se pondrГ­an muy feas ahora.




CAPГЌTULO CINCO


Mientras conducГ­a a Jilly, April y Gabriela a casa, Riley no se atrevГ­a a decir que tenГ­a que irse de inmediato. Se iba a perder el primer evento importante de Jilly, un papel protagГіnico en una obra de teatro. ВїLas chicas serГ­an capaces de entender que estaba bajo Гіrdenes?

Incluso despuГ©s de que llegaron a casa, Riley no pudo armarse de valor para decirlo.

Estaba muy avergonzada.

Hoy en dГ­a se habГ­a ganado una medalla por perseverancia, y en el pasado habГ­a sido honrada por su valor y valentГ­a. Y, por supuesto, sus hijas habГ­an estado en la audiencia observГЎndola recibir su medalla.

Pero de seguro no se sentГ­a como un hГ©roe.

Las chicas se dirigieron al patio trasero a jugar y Riley subiГі a su habitaciГіn y empezГі a empacar sus cosas. Era una rutina familiar. El truco era empacar una maleta pequeГ±a con suficientes necesidades para un par de dГ­as o un mes.

Mientras estaba poniendo las cosas en su cama, oyГі la voz de Gabriela.

“Riley... ¿qué estás haciendo?”.

Riley se dio la vuelta y vio a Gabriela parada en la puerta. Estaba sosteniendo una pila de ropa limpia que estaba a punto de poner en el clГіset del pasillo.

Riley tartamudeó: “Gabriela, tengo... tengo que irme”.

Gabriela quedГі boquiabierta.

“¿Irte? ¿A dónde?”.

“Me han asignado a un nuevo caso. En California”.

“¿No puedes irte mañana?”, preguntó Gabriela.

Riley tragГі grueso.

“Gabriela, el avión del FBI está a la espera en este momento. Tengo que irme”.

Gabriela negГі con la cabeza.

Ella dijo: “Es bueno combatir el mal, Riley. Pero a veces pienso que pierdes de vista lo que es bueno”.

Gabriela desapareciГі al pasillo.

Riley suspirГі. ВїDesde cuГЎndo Riley le pagaba a Gabriela para ser su conciencia?

Pero no podГ­a quejarse. Era un trabajo para el que Gabriela era muy buena.

Riley se quedГі mirando sus prendas sin empacar.

Negó con la cabeza y se susurró a sí misma…

“No puedo hacerle esto a Jilly. Simplemente no puedo”.

Toda su vida habГ­a sacrificado a sus hijas por cosas de trabajo. Siempre. Ni una sola vez habГ­a puesto a sus hijas primero.

Y cayГі en cuenta que eso era lo que estaba mal en su vida. Esa era una parte de su oscuridad.

TenГ­a la valentГ­a de enfrentarse a un asesino en serie. Pero ВїtenГ­a la valentГ­a para poner el trabajo en un segundo plano y hacer de las vidas de sus hijas su prioridad?

En este mismo momento, Bill y Lucy se estaban preparando para viajar a California.

Estaban esperando encontrarse con ella en la pista de aterrizaje de QuГЎntico.

Riley suspirГі miserablemente.

Solo habГ­a una forma de resolver este problema, si es que podГ­a resolverlo en absoluto.

TenГ­a que intentarlo.

SacГі su telГ©fono celular y marcГі el nГєmero privado de Meredith.

Ante el sonido de su voz ronca, dijo: “Señor, habla la agente Paige”.

“¿Qué pasa?”, preguntó Meredith.

Sonaba preocupado. Riley entendГ­a el por quГ©. Nunca habГ­a utilizado este nГєmero, excepto en circunstancias extremas.

Se armГі de valor y fue directo al grano.

“Señor, me gustaría retrasar mi viaje a California. Solo por esta noche. Los agentes Jeffreys y Vargas pueden ir adelantándose”.

Después de una pausa, Meredith preguntó: “¿Cuál es tu emergencia?”.

Riley tragГі. Meredith no se la iba a poner fГЎcil.

Pero estaba decidida a no mentir.

Con voz temblorosa tartamudeó: “Mi hija menor, Jilly... actuará en una obra de teatro escolar esta noche. Ella es la protagonista”.

El silencio que cayГі fue ensordecedor.

“¿Me colgó?”, se preguntó Riley.

Luego, con un gruñido Meredith dijo: “¿Podrías repetir eso, por favor? No creo haberte oído bien”.

Riley contuvo un suspiro. Estaba segura de que Г©l la habГ­a oГ­do perfectamente.

“Señor, esta obra es importante para ella”, dijo, poniéndose cada vez más nerviosa. “Jilly... bueno, ya sabes que estoy tratando de adoptarla. Ha tenido una vida muy dura, y apenas está superando un momento muy difícil y sus sentimientos son muy delicados y...”.

Su voz se quebrГі.

“¿Y qué?”, preguntó Meredith.

Riley tragГі grueso.

“No puedo decepcionarla, señor. No esta vez. Hoy no”.

Otro silencio sombrГ­o cayГі.

Riley estaba empezando a sentirse mГЎs decidida.

“Señor, no hará ninguna diferencia en el caso”, dijo. “Los agentes Jeffreys y Vargas se adelantarán y sabes lo capaces que son. Pueden actualizarme cuando llegue allá”.

“¿Y cuándo sería eso?”, preguntó Meredith.

“Mañana por la mañana. Temprano. Me dirigiré al aeropuerto justo cuando termine la obra. Tomaré el primer vuelo que pueda”.

Después de otra pausa, Riley agregó: “Yo me pago el boleto”.

OyГі a Meredith gruГ±ir un poco.

“Por supuesto que lo harás, agente Paige”, dijo.

Riley abriГі la boca y recuperГі el aliento.

“¡Me está dando permiso!”.

De repente se dio cuenta de que apenas habГ­a estado respirando durante la conversaciГіn.

Le costГі mucho no estallar en frases de agradecimiento.

SabГ­a que Meredith no le gustarГ­a eso en absoluto. Y lo Гєltimo que querГ­a era que cambiara de parecer.

Así que se limitó a decir: “Gracias”.

Ella oyГі otro gruГ±ido.

Luego Meredith dijo: “Dile a tu hija que le deseo buena suerte”.

FinalizГі la llamada.

Riley respirГі un suspiro de alivio, luego levantГі la mirada y vio que Gabriela estaba parada en la puerta de nuevo, sonriendo.

Era evidente que habГ­a escuchado toda la llamada.

“Creo que estás creciendo, Riley”, dijo Gabriela.



*



Sentada entre el pГєblico con April y Gabriela, Riley estaba disfrutando de la obra escolar. Se habГ­a olvidado lo encantadores que podrГ­an ser eventos como este.

Los chicos estaban vestidos con trajes improvisados. HabГ­an pintado un paisaje que asemejaba escenas de la historia de DemГ©ter y PersГ©fone: campos llenos de flores, un volcГЎn en Sicilia, las cavernas hГєmedas del Inframundo y otros lugares mГ­ticos.

ВЎY la actuaciГіn de Jilly era simplemente maravillosa!

Interpretaba a PersГ©fone, la hija de la diosa DemГ©ter. Riley se encontrГі recordando la historia familiar mientras se desarrollГі en frente de ella.

PersГ©fone estaba afuera recogiendo flores un dГ­a cuando Hades, el dios del Inframundo, llegГі en su cuadriga y la raptГі. La llevГі al Inframundo para ser su reina. Cuando DemГ©ter se dio cuenta de lo que le habГ­a sucedido a su hija, llorГі de dolor.

Riley sintiГі escalofrГ­os ante la forma convincente que la chica que interpretaba a DemГ©ter expresГі su dolor.

En ese momento, la historia comenzГі a abrumar a Riley de una forma que no habГ­a esperado.

La historia de PersГ©fone se parecГ­a mucho a la de Jilly. DespuГ©s de todo, era la historia de una niГ±a que perdiГі parte de su infancia a fuerzas mucho mayores que ella.

Los ojos de Riley se llenaron de lГЎgrimas.

Se sabГ­a el resto de la historia muy bien. PersГ©fone recuperarГ­a su libertad, pero solo por la mitad de cada aГ±o. Cuando PersГ©fone no estaba, DemГ©ter dejaba que la tierra se enfriara y muriera. Cada vez que regresaba, revivГ­a la tierra y la primavera llegaba de nuevo.

Y ese fue el origen de las estaciones.

Riley apretó la mano de April y susurró: “Aquí viene la parte triste”.

Riley se sorprendiГі al oГ­r a April reГ­rse.

“No es tan triste”, susurró April. “Jilly me dijo que cambiaron la historia un poco. Solo mira”.

Riley prestГі mucha atenciГіn.

Plenamente en el personaje de PersГ©fone, Jilly golpeГі a Hades en la cabeza con una urna griega, en realidad una almohada disfrazada. Entonces saliГі del Inframundo y regresГі de nuevo a su madre.

El muchacho que interpretaba a Hades hizo un berrinche y trajo el invierno al mundo. Г‰l y DemГ©ter luego jugaron a tirar la cuerda, cambiando las estaciones de invierno a primavera y de primavera a inverno, una y otra vez durante el resto del tiempo.

Riley estaba encantada.

Cuando la obra terminГі, Riley se dirigiГі detrГЎs del escenario para felicitar a Jilly. En el camino se encontrГі con la maestra que habГ­a dirigido la obra.

“¡Me encanta lo que hiciste con la historia!”, le dijo Riley a la maestra. “Fue genial ver a Perséfone cambiar de una víctima indefensa a una heroína independiente”.

La maestra sonriГі.

“No me des las gracias”, dijo. “Fue idea de Jilly”.

Riley corriГі hacia Jilly y le dio un gran abrazo.

“¡Estoy demasiado orgullosa de ti!”, dijo Riley.

“Gracias, mamá”, dijo Jilly, sonriendo.

MamГЎ.

La palabra resonГі en la mente de Riley. Significaba demasiado para ella.



*



MГЎs tarde esa noche, cuando todos estaban en casa, Riley finalmente tuvo que decirles a las chicas que se iba. AsomГі la cabeza por la puerta de Jilly.

Jilly estaba profundamente dormida, agotada por su gran Г©xito. Riley amaba la mirada de satisfacciГіn en su rostro.

Entonces Riley fue al dormitorio de April. April estaba sentada en la cama leyendo un libro.

April levantГі la mirada y mirГі a su madre.

“Hola, mamá”, dijo ella. “¿Qué pasa?”.

Riley entrГі a la habitaciГіn.

Ella dijo: “Esto va a parecer extraño, pero... tengo que irme ahora mismo. Me han asignado a un caso en California”.

April sonriГі.

Ella dijo: “Jilly y yo supusimos que de eso trató tu reunión en Quántico. Y entonces vimos la maleta en tu cama. De hecho pensamos que ibas a irte antes de la obra. Por lo general no empacas a menos que tengas que irte de una vez”.

MirГі a Riley, su sonrisa ensanchГЎndose.

“Pero te quedaste”, agregó. “Sé que atrasaste tu viaje, al menos por la obra. ¿Sabes cuánto significó eso para nosotras?”.

Los ojos de Riley se llenaron de lГЎgrimas. Se inclinГі hacia delante y las dos se abrazaron.

“¿Así que no tienen problema con que me vaya?”, preguntó Riley.

“Claro que no, está bien. Jilly me dijo que esperaba que atraparas a unos malos. Está muy orgullosa de lo que haces, mamá. Yo también estoy orgullosa”.

Riley se sintiГі demasiado conmovida como para expresarlo con palabras. Sus dos hijas estaban creciendo tan rГЎpido. Y se estaban convirtiendo en mujeres jГіvenes impresionantes.

BesГі a April en la frente.

“Te amo, cariño”, dijo.

“Yo también te amo”, dijo April.

“¿Y tú qué estás haciendo?”, le dijo Riley. “Apaga esa lámpara y acuéstate a dormir. Mañana tienes que ir a la escuela”.

April se echГі a reГ­r y apagГі la luz. Riley se fue a su habitaciГіn para tomar su maleta.

Era mГЎs de medianoche y tenГ­a que conducir a DC a tiempo para tomar un vuelo comercial.

Esta noche serГ­a larga.




CAPГЌTULO SEIS


El lobo yacГ­a boca abajo en el suelo ГЎspero de desierto.

El hombre se consideraba a sГ­ mismo una bestia acechando a su prГіxima presa.

TenГ­a una excelente vista del fuerte Nash Mowat de este lugar alto, y el aire de la noche era agradable y fresco. ObservГі la presa de esta noche a travГ©s de la mira de visiГіn nocturna en su rifle.

VolviГі a pensar en sus vГ­ctimas odiadas.

Hace tres semanas asesinГі a Rolsky.

Luego a Fraser.

Luego a Worthing.

AcabГі con ellos con gran finura, con tiros en la cabeza tan limpios que seguramente ni siquiera supieron que habГ­an sido baleados.

Esta noche, serГ­a Barton.

El lobo observГі a Barton caminando a lo largo de un camino no iluminado. Aunque la imagen a travГ©s de la mira nocturna era granulada y monГіtona, el objetivo estaba lo suficientemente visible para cumplir con sus propГіsitos.

Pero aГєn no le dispararГ­a a la presa de la noche.

No estaba lo suficientemente lejos. Alguien cercano podrГ­a ser capaz de averiguar su paradero, a pesar de que habГ­a adjuntado una bocacha a su rifle de francotirador M110. No cometerГ­a el error de subestimar a los soldados de esta base.

Siguiendo a Barton con la mira, el lobo disfrutГі de la sensaciГіn de la M110 en sus manos. En estos dГ­as el ejГ©rcito se encontraba en transiciГіn hacia el uso de la Heckler & Koch G28 como un rifle de francotirador estГЎndar. Aunque el lobo sabГ­a que el G28 era mГЎs ligero y mГЎs compacto, aГєn preferГ­a el M110. Era mГЎs preciso, incluso si era mГЎs largo y mГЎs difГ­cil de ocultar.

TenГ­a veinte rondas en el barrilete, pero solo la intenciГіn de utilizar una de ellas cuando llegara el momento de disparar.

AcabarГ­a con Barton con un disparo.

PodГ­a sentir la energГ­a de la manada, como si lo estuvieran viendo, dГЎndole su apoyo.

ObservГі como Barton finalmente llegГі a su destino, una de las canchas de tenis al aire libre de la base militar. Los otros jugadores lo saludaron cuando entrГі en la cancha y desempacГі su equipo de tenis.

Ahora que Barton estaba en el ГЎrea iluminada, el lobo ya no tenГ­a que usar la mira nocturna. ApuntГі directamente a la cabeza de Barton. La imagen ya no estaba granulada, sino muy clara y vГ­vida.

Barton estaba a unos noventa metros de distancia ahora.

A esa distancia, el lobo podrГ­a depender de la precisiГіn del rifle hasta tres centГ­metros.

TenГ­a que asegurarse de permanecer dentro de ese rango.

Y sabГ­a que lo harГ­a.

“Solo un ligero apretón del gatillo”, pensó.

Eso era lo Гєnico que tenГ­a que hacer ahora.

El lobo disfrutГі de ese momento misterioso y congelado en el tiempo.

Esos segundos antes de apretar el gatillo eran casi religiosos, cuando esperaba armarse de valor y voluntad para disparar, cuando esperaba decidir apretar el gatillo con el dedo. Durante ese momento, la vida y la muerte parecГ­an estar extraГ±amente fuera de sus manos. El movimiento irrevocable ocurrirГ­a en la plenitud de un instante.

SerГ­a su decisiГіn, y sin embargo no su decisiГіn en absoluto.

ВїDe quiГ©n era la decisiГіn entonces?

Se creГ­a que habГ­a un animal, un verdadero lobo, al acecho dentro de Г©l, una criatura sin remordimientos que tomaba el control sobre ese momento y movimiento fatal.

Ese animal era a la vez su amigo y su enemigo. Y lo amaba con un amor extraГ±o que solo podГ­a sentir hacia un enemigo mortal. Ese animal interior era lo que sacaba lo mejor de Г©l, lo que realmente lo mantenГ­a alerta.

El lobo estaba esperando que ese animal atacara.

Pero el animal no lo hizo.

El lobo no apretГі el gatillo.

Se preguntГі por quГ©.

“Algo parece estar mal”, pensó.

EntendiГі lo que pasaba.

La vista del blanco en la cancha de tenis iluminaba a travГ©s de la mira normal era simplemente demasiado clara.

TomarГ­a muy poco esfuerzo de su parte.

No era un desafГ­o.

No serГ­a digno de un verdadero lobo.

AdemГЎs, era demasiado pronto despuГ©s de la Гєltima matanza. Las otras habГ­an sido espaciadas para provocar ansiedad e incertidumbre entre los hombres que Г©l detestaba. Acabar con Barton ahora interrumpirГ­a el impacto psicolГіgico y rГ­tmico de lo que estaba haciendo.

SonriГі un poco ante estos pensamientos. Se puso de pie con su arma y comenzГі a caminar de vuelta por donde habГ­a venido.

Se sentГ­a bien por haber dejado a su presa por ahora.

Nadie sabГ­a cuГЎndo atacarГ­a de nuevo.

Ni siquiera Г©l mismo.




CAPГЌTULO SIETE


TodavГ­a estaba oscuro cuando el vuelo comercial de Riley despegГі. Pero, incluso con el cambio de hora, sabГ­a que serГ­a de dГ­a en San Diego cuando llegara allГ­. EstarГ­a en el aire durante mГЎs de cinco horas y ya se sentГ­a bastante cansada. TenГ­a que estar completamente funcional maГ±ana por la maГ±ana para unirse a Bill y Lucy en la investigaciГіn. TendrГ­a mucho trabajo por hacer y necesitaba estar preparada para ello.

“Mejor duermo un poco”, pensó Riley. La mujer sentada junto a ella ya parecía estar durmiendo.

Riley inclinГі la silla hacia atrГЎs y cerrГі los ojos. Pero, en lugar de quedarse dormida, se encontrГі recordando la obra de Jilly.

SonriГі al recordar como Jilly, interpretando a PersГ©fone, golpeГі a Hades sobre la cabeza y escapГі del Inframundo para vivir su vida como quisiera.

Recordar su primer encuentro con Jilly la entristecГ­a. Ese encuentro habГ­a sucedido una noche en un estacionamiento de una parada de camiones en Phoenix. Jilly se habГ­a escapado de una vida familiar miserable con un padre abusivo y subido a la cabina de un camiГіn estacionado. HabГ­a tenido la intenciГіn de venderle su cuerpo a un conductor.

Riley se estremeciГі.

ВїQuГ© habrГ­a sido de Jilly si no se la hubiera encontrado esa noche?

Varios de sus amigos y colegas le habГ­an dicho a Riley lo bueno que habГ­a hecho por Jilly.

ВїPor quГ© no se sentГ­a mejor al respecto? En su lugar, se sentГ­a muy desesperada.

DespuГ©s de todo, habГ­a un sinnГєmero de Jillys en el mundo, y muy pocas de ellas eran rescatadas de sus vidas terribles.

Riley no podГ­a ayudarlas a todas, al igual que no podГ­a liberar al mundo de todos los asesinos despiadados.

“Todo es tan inútil”, pensó. “Todo lo que hago es inútil”.

Ella abriГі los ojos y mirГі por la ventana. El aviГіn habГ­a dejado las luces de DC detrГЎs y afuera no habГ­a nada mГЎs que oscuridad impenetrable.

Mientras miraba hacia la noche negra, pensГі en su reuniГіn de ese dГ­a con Bill, Lucy y Meredith, y lo poco que sabГ­a sobre el prГіximo caso. Meredith habГ­a dicho que las tres vГ­ctimas habГ­an sido disparadas desde una larga distancia por un tirador experto.

ВїQuГ© le decГ­a eso sobre el asesino?

ВїQue el asesinato era un deporte para Г©l?

ВїO que estaba en una especie de misiГіn siniestra?

Una cosa parecГ­a cierta: el asesino sabГ­a lo que estaba haciendo, y era bueno en eso.

El caso sin duda serГ­a un desafГ­o.

Los pГЎrpados de Riley se estaban sintiendo pesados.

“Tal vez pueda dormir un poco”, pensó. Volvió a inclinar la cabeza hacia atrás y cerró los ojos.



*



Riley estaba mirando lo que parecГ­a ser miles de Rileys, todas ellas paradas en ГЎngulos extraГ±os una hacia la otra, volviГ©ndose cada vez mГЎs pequeГ±as y, finalmente, desapareciendo en la distancia.

Se volviГі un poco y lo mismo hicieron todas las demГЎs Rileys.

Ella levantГі su brazo y las demГЎs tambiГ©n lo hicieron.

Luego extendiГі una mano y la mano entrГі en contacto con una superficie de vidrio.

“Estoy en una sala de espejos”, se dio cuenta Riley.

Pero ВїcГіmo habГ­a llegado aquГ­? Y ВїcГіmo saldrГ­a?

EscuchГі una voz llamar...

“¡Riley!”.

Era la voz de una mujer y de alguna manera era familiar para ella.

“¡Estoy aquí!”, respondió Riley. “¿Dónde estás?”.

“Yo también estoy aquí”.

De repente, Riley la vio.

Estaba parada directamente en frente de ella, en medio de la multitud de reflejos.

Era una mujer joven delgada y atractiva, con un vestido que parecГ­a estar dГ©cadas fuera de moda.

Riley supo de inmediato quiГ©n era.

“¡Mami!”, dijo en un susurro aturdido.

Se sorprendiГі al escuchar que su propia voz ahora era la de una niГ±a.

“¿Qué estás haciendo aquí?”, preguntó Riley.

“Solo vine a despedirme”, dijo mami con una sonrisa.

Riley se esforzГі por comprender lo que sucedГ­a.

Entonces lo recordГі...

Mami fue asesinada en frente de Riley en una tienda de dulces a los seis aГ±os de edad.

Pero mami estaba aquГ­, viГ©ndose exactamente igual a la Гєltima vez que Riley la habГ­a visto con vida.

“¿Adónde vas, mami?”, preguntó Riley. “¿Por qué tienes que irte?”.

Mami sonriГі y tocГі el cristal que las separaba.

“Estoy en paz ahora, gracias a ti. Puedo pasar a mejor vida ahora”.

Poco a poco, Riley empezГі a entender.

Le habГ­a seguido la pista al asesino de su madre hace poco.

Ahora era un vagabundo patГ©tico viviendo debajo de un puente.

Riley lo habГ­a dejado allГ­, dГЎndose cuenta de que su vida habГ­a sido castigo suficiente por su terrible crimen.

Riley extendiГі la mano y tocГі el cristal que la separaba de la mano de mami.

“Pero no puedes irte, mami”, dijo. “Solo soy una niña”.

“No, no lo eres”, dijo mami, su rostro radiante y feliz. “Mírate”.

Riley mirГі su propio reflejo en el espejo junto a mami.

Era verdad.

Riley era una mujer adulta ahora.

ParecГ­a extraГ±o darse cuenta de que ahora era mucho mayor de lo que su madre habГ­a llegado a vivir.

Pero Riley tambiГ©n se veГ­a cansada y triste en comparaciГіn con su madre joven.

“Nunca envejecerá”, pensó Riley.

Lo mismo no podГ­a decirse de Riley.

Y sabГ­a que su mundo estaba lleno de pruebas y desafГ­os que tendrГ­a que soportar.

ВїJamГЎs obtendrГ­a un descanso? ВїJamГЎs estarГ­a en paz con su vida?

Se encontrГі envidiando la alegrГ­a eternamente pacГ­fica de su madre.

Entonces su madre se volviГі y se alejГі, desapareciendo en el grupo de reflejos de Riley.

De repente oyГі una gran colisiГіn y todos los espejos se hicieron aГ±icos.

Riley estaba parada en la oscuridad, hasta los tobillos en vidrio roto.

SacГі sus pies poco a poco y luego tratГі de hacer su camino a travГ©s de los escombros.

“Cuidado donde pisas”, dijo otra voz familiar.

Riley se volviГі y vio a un anciano robusto con un rostro desgastado.

Riley se quedГі sin aliento.

“¡Papi!”, dijo.

Su padre sonriГі.

“Esperabas que estuviera muerto, ¿cierto?”, dijo. “Lamento decepcionarte”.

Riley abriГі la boca para contradecirlo.

Pero entonces se dio cuenta de que tenГ­a razГіn. No llorГі cuando se enterГі de su muerte en octubre.

Y ciertamente no lo querГ­a de vuelta en su vida.

DespuГ©s de todo, no le dijo muchas palabras amables.

“¿Dónde has estado?”, preguntó Riley.

“Donde siempre he estado”, dijo su padre.

La escena comenzГі a cambiar al exterior de la cabaГ±a de su padre en el bosque.

Ahora estaba parado en la escalera de entrada.

“Quizás necesites mi ayuda en este caso”, dijo. “Parece que tu asesino es un soldado. Sé mucho de los soldados. Y sé mucho acerca de asesinar”.

Eso era cierto. Su padre habГ­a sido capitГЎn en Vietnam. No tenГ­a idea de cuГЎntos hombres habГ­a matado en el cumplimiento de su deber.

Pero lo Гєltimo que querГ­a era su ayuda.

“Es hora de que te vayas”, dijo Riley.

La sonrisa de su padre se transformГі en una mueca.

“Ay, pues no”, dijo. “Apenas me estoy poniendo cómodo”.

Su cara y cuerpo cambiaron de forma. En cuestiГіn de segundos era mГЎs joven, mГЎs fuerte, de piel oscura, aГєn mГЎs amenazante que antes.

Ahora era Shane Hatcher.

La transformaciГіn hizo que Riley se sintiera aterrorizada.

Su padre siempre habГ­a sido una presencia cruel en su vida.

Pero estaba llegando a temer a Hatcher aГєn mГЎs.

Hatcher tenГ­a algГєn tipo de poder manipulador sobre ella.

PodГ­a obligarla a hacer cosas que nunca habГ­a imaginado que harГ­a.

“Vete”, dijo Riley.

“No”, dijo Hatcher. “Tenemos un trato”.

Riley se estremeciГі.

“Ni me lo recuerdes”, pensó.

Hatcher la habГ­a ayudado a encontrar al asesino de su madre. A cambio, ella le permitiГі vivir en la vieja cabaГ±a de su padre.

AdemГЎs, sabГ­a que se lo debГ­a. No solo la habГ­a ayudado a resolver casos, tambiГ©n habГ­a hecho mucho mГЎs que eso.

Incluso habГ­a salvado la vida de su hija, junto con la de su ex esposo.

Riley abriГі la boca para hablar, para protestar.

Pero las palabras no salieron.

En cambio, fue Hatcher el que hablГі.

“Estamos unidos en nuestras mentes, Riley Paige”.



Riley fue despertada por una fuerte sacudida.

El aviГіn habГ­a aterrizado en el Aeropuerto Internacional de San Diego.

El sol de la maГ±ana se elevaba mГЎs allГЎ de la pista de aterrizaje.

El piloto hablГі por el intercomunicador, anunciando su llegada y disculpГЎndose por el aterrizaje brusco.

Los otros pasajeros estaban tomando sus pertenencias y preparГЎndose para bajarse.

A lo que Riley se levantГі aturdida para bajar sus pertenencias del maletero, recordГі su sueГ±o perturbador.

Riley no era nada supersticiosa, pero igual no pudo evitar preguntarse...

ВїEl sueГ±o y el aterrizaje brusco eran presagios de lo que se avecinaba?




CAPГЌTULO OCHO


Era una maГ±ana brillante y clara para cuando Riley se metiГі en su auto alquilado y saliГі del aeropuerto. El tiempo era realmente maravilloso, con una temperatura de unos quince grados. Supuso que harГ­a a la mayorГ­a de la gente pensar en disfrutar de la playa o al menos tumbarse junto a una piscina en alguna parte.

Pero Riley sintiГі una aprensiГіn al acecho.

Se preguntГі con nostalgia si alguna vez vendrГ­a a California solo para disfrutar del clima, o ir a cualquier otro lugar para relajarse.

ParecГ­a que el mal la esperaba donde quiera que iba.

“La historia de mi vida”, pensó.

SabГ­a que le debГ­a a sГ­ misma y a su familia salir de ese patrГіn; tomarse un descanso y llevar a las chicas a algГєn lugar solo por el simple placer de hacerlo.

Pero ВїcuГЎndo pasarГ­a eso?

DejГі escapar un suspiro triste y cansado.

“Tal vez nunca”, pensó.

No habГ­a dormido mucho en el aviГіn y estaba sintiendo el jet lag de la diferencia horaria de tres horas entre California y Virginia.

Sin embargo, estaba ansiosa por empezar a trabajar en este nuevo caso.

Mientras se dirigГ­a hacia el norte por la autopista de San Diego, pasГі edificios modernos con palmeras y otras plantas en ambos lados. Pronto estaba fuera de la ciudad, pero el trГЎfico en la autopista de mГєltiples carriles no disminuyГі. La procesiГіn de vehГ­culos en movimiento envolvГ­a grandes colinas, donde la luz del sol acentuaba un paisaje empinado.

A pesar del paisaje, el sur de California le pareciГі menos pacГ­fico de lo que esperaba. Como ella, todos en la aglomeraciГіn de autos parecГ­an tener prisa para llegar a algГєn lugar importante.

Tomó una salida marcada “Fuerte Nash Mowat”. Después de unos minutos, se detuvo en la puerta, mostró su placa y pasó.

Les habГ­a enviado un mensaje a Bill y Lucy para que supieran que estaba en camino, asГ­ que la estaban esperando al lado de un auto. Bill presentГі a la mujer uniformada que estaba con ellos como la coronel Dana Larson, la comandante de la oficina del comando en el fuerte Mowat.

Larson la impresionГі inmediatamente. Era una mujer fuerte y robusta con ojos oscuros e intensos. Su apretГіn de manos le transmitiГі a Riley una sensaciГіn de confianza y profesionalismo.

“Encantada de conocerla, agente Paige”, dijo la coronel Larson con una voz nítida y vigorosa. “Su reputación dice mucho de usted”.

Los ojos de Riley se abrieron.

“Estoy sorprendida”, dijo.

Larson dejГі escapar una risita.

“No te sorprendas”, dijo. “Yo también trabajo en la aplicación de la ley, así que me mantengo al tanto de todo lo que hace la UAC. Estamos honrados de tenerlos aquí en el fuerte Mowat”.

Riley se sonrojГі un poco mientras agradecГ­a a la coronel Larson.

Larson llamГі a un soldado que estaba cerca, quien caminГі rГЎpidamente hacia ella y saludГі.

Dijo: “Cabo Salerno, quiero que conduzcas el auto de la agente Paige de vuelta a la estación de alquiler en el aeropuerto. Ella no lo va a necesitar aquí”.

“Sí, señora. De inmediato”, dijo el cabo. Se metió en el auto de Riley y salió de la base militar.

Riley, Bill y Lucy se metieron en el otro auto.

Mientras Larson condujo, Riley le preguntó: “¿Qué me perdí?”.

“No mucho”, dijo Bill. “La coronel Larson nos recibió aquí anoche y nos enseñó el lugar en el que nos alojaremos”.

“Todavía no hemos conocido al comandante de la base”, agregó Lucy.

La coronel Larson les dijo: “Estamos en camino a encontrarnos con el coronel Dutch Adams en este momento”.

Luego, con una sonrisa, agregó: “No esperen una calurosa bienvenida. Agentes Paige y Vargas, eso va más que todo para ustedes”.

Riley no estaba segura de lo que Larson querГ­a decir con eso. ВїAl coronel Adams le disgustarГ­a que la UAC habГ­a enviado dos mujeres? Riley no podГ­a imaginar el por quГ©. VeГ­a a hombres y mujeres en uniforme entrenando juntos en todas las direcciones. Y con la coronel Larson en la base militar, Adams sin duda estaba acostumbrado a lidiar con una mujer en un puesto de autoridad.

Larson se estacionГі delante de un edificio administrativo limpio y moderno y los guio al interior. A lo que se acercaron, tres jГіvenes la saludaron. Riley vio que sus chaquetas del comando eran similares a las usadas por los agentes del FBI.

La coronel Larson presentГі a los tres hombres como el sargento Matthews y los miembros de su equipo, los agentes especiales Goodwin y Shores. Luego todos entraron en una sala de conferencias, donde los esperaba el propio coronel Dutch Adams.

Matthews y sus agentes saludaron a Adams, pero la coronel Larson no lo hizo. Riley supuso que era porque ella y Adams eran iguales en rango. Pronto vio que la tensiГіn entre los dos coroneles era palpable, casi dolorosa.

Y, como les habГ­a advertido, Adams se veГ­a muy disgustado por la presencia de Riley y Lucy.

Ahora Riley comenzГі a entender las cosas.

El coronel Dutch Adams era un oficial de la vieja escuela que no estaba nada acostumbrado a que los hombres y las mujeres sirvieran juntos. Y, juzgando por su edad, Riley se sentГ­a bastante segura de que jamГЎs se acostumbrarГ­a a eso. Probablemente se retirarГ­a con sus prejuicios intactos.

Estaba segura de que Adams resentГ­a la presencia de la coronel Larson en su base militar ya que era una oficial sobre la cual no tenГ­a ninguna autoridad.

A lo que el grupo se sentГі, Riley sintiГі un escalofrГ­o inquietante de familiaridad mientras estudiaba el rostro de Adams. Era largo y esculpido como los rostros de muchos de los otros militares que habГ­a conocido durante su vida, incluyendo el de su padre.

De hecho, Riley encontraba el parecido del coronel Adams a su padre perturbador.

Se dirigiГі a Riley y sus colegas en un tono excesivamente oficial.

“Bienvenidos al fuerte Nash Mowat. Esta base militar ha estado en operación desde 1942. Tiene una extensión de treinta mil hectáreas, tiene mil quinientos edificios y quinientos sesenta y tres kilómetros de carreteras. Pueden encontrar unas sesenta mil personas aquí en un día normal. Estoy orgulloso de llamarla la mejor base de entrenamiento del ejército del país”.

En ese momento, el coronel Adams parecГ­a estar tratando de reprimir una mueca. No estaba teniendo Г©xito.

Y agregó: “Y por esa razón les pido que no ocasionen molestias durante el tiempo que estarán aquí. Este lugar funciona como una máquina bien aceitada. Los foráneos tienen una tendencia desafortunada a rezagar las cosas. Si lo hacen, les prometo que tendrán que pagar. ¿Ha quedado claro?”.

Estaba haciendo contacto visual con Riley, obviamente tratando de intimidarla.

Oyó a Bill y Lucy decir: “Sí, señor”.

Pero ella no dijo nada.

“Él no es mi comandante”, pensó.

Simplemente le sostuvo la mirada y asintiГі.

Luego Г©l moviГі los ojos a los demГЎs en la sala. VolviГі a hablar, su voz llena de ira.

“Tres hombres buenos están muertos. La situación en el fuerte Mowat es inaceptable. Arréglenla. Inmediatamente. Preferiblemente lo antes posible”.

Se detuvo por un momento. Luego dijo: “Habrá un funeral para el sargento Clifford Worthing a las once horas. Espero que todos asistan”.

Sin decir mГЎs, se levantГі de la silla. Los agentes del comando se pusieron de pie y saludaron y el coronel Adams saliГі de la sala.

Riley estaba estupefacta. ВїNo habГ­an venido aquГ­ para discutir el caso y quГ© hacer a continuaciГіn?

Obviamente notando lo sorprendida que estaba, la coronel Larson le sonriГі.

“Generalmente no habla tanto”, dijo. “Tal vez le agradas”.

Todo el mundo se rio ante su sarcasmo.

Riley sabГ­a que un poco de humor era una necesidad en este momento.

Las cosas se pondrГ­an bastante sombrГ­as muy pronto.




CAPГЌTULO NUEVE


Todos dejaron de reГ­rse, y Larson seguГ­a mirando a Riley, Bill y Lucy. Su expresiГіn era penetrante y poderosa, como si estuviera evaluГЎndolos de alguna manera. Riley se preguntГі si la comandante estaba a punto de hacer algГєn anuncio extremo.

En su lugar, Larson preguntó: “¿Ya desayunaron?”.

Todos dijeron que no.

“Bueno, esa situación es inaceptable”, dijo Larson con una sonrisa. “Vamos a remediarla antes de que se queden sin energía. Vengan conmigo. Yo les mostraré lo acogedores que podemos ser en el fuerte Mowat”.

Larson luego dejГі a su equipo atrГЎs y procediГі a guiar a los tres agentes del FBI al club de oficiales. Riley vio de inmediato que la coronel no estaba bromeando. El comedor era como un restaurante de lujo y Larson no los dejГі pagar por su comida.

Discutieron el caso mientras desayunaron. Riley cayГі en cuenta de que definitivamente habГ­a necesitado el cafГ©. La comida fue agradable tambiГ©n.

La coronel Larson comenzó a darles su opinión del caso. “Las características más sobresalientes de estos asesinatos son el método utilizado y los rangos de las víctimas. Rolsky, Fraser y Worthing eran sargentos. Todos fueron asesinados desde una larga distancia con un rifle de alta potencia. Y las víctimas fueron fusiladas de noche”.

Bill preguntó: “¿Qué más tienen en común?”.

“No mucho. Dos de ellos eran blancos y uno era negro, así que no es una cuestión racial. Estaban al mando de unidades separadas, así que no tenían reclutas en común”.

Riley agregó: “Supongo que ya buscaron los archivos de soldados amonestados por cuestiones disciplinarias o psicológicas. ¿Ausentados sin permiso? ¿Dados de baja en formas deshonrosas?”.

“Sí”, respondió Larson. “Es una lista muy larga y ya terminamos de investigar a todos que figuraban en ella. Pero se las enviaré a ver qué opinan”.

“Me gustaría hablar con los hombres de cada unidad”.

Larson asintió. “Por supuesto. Pueden hablar con algunos de ellos después del funeral y puedo coordinar todas las reuniones que deseen”.

Riley vio que Lucy estaba tomando notas. AsintiГі con la cabeza para que la agente joven hiciera sus propias preguntas.

Lucy preguntó: “¿De qué calibre eran las balas?”.

“De calibre OTAN”, dijo la coronel Larson. “7,62 milímetros”.

Lucy miró a la coronel Larson con interés. Dijo: “Parece que el arma podría ser un rifle de francotirador M110. O posiblemente una Heckler y Koch G28”.

La coronel Larson sonriГі un poco, obviamente impresionada con los conocimientos de Lucy.

“Debido a la distancia, suponemos que una M110”, dijo Larson. “Todas las balas parecen haber provenido de la misma arma”.

A Riley le gustaba que Lucy participara mucho en las investigaciones Riley consideraba a Lucy su protegida y sabГ­a que Lucy la consideraba una mentora.

“Está aprendiendo rápido”, pensó Riley con orgullo.

Riley mirГі a Bill de reojo. SabГ­a por su expresiГіn que tambiГ©n estaba satisfecho con Lucy.

Riley tenГ­a sus propias preguntas, pero decidiГі no interrumpir.

Lucy le dijo a Larson: “Me imagino que están suponiendo que se trata de alguien con entrenamiento militar. ¿Un soldado de la base militar?”.

“Posiblemente”, dijo Larson. “O un ex soldado. Alguien con una excelente formación. No es un tirador normal”.

Lucy tamborileГі el borrador de su lГЎpiz contra la mesa.

Sugirió: “¿Alguien que quiere vengarse de las figuras de autoridad? ¿Especialmente de sargentos de instrucción?”.

Larson se rascГі la barbilla pensativamente.

“He estado considerándolo”, dijo.

Lucy dijo: “Estoy segura de que también están considerando el terrorismo islámico”.

Larson asintiГі.

“Esa es nuestra teoría por los momentos”.

“¿Un ermitaño?”, preguntó Lucy.

“Tal vez”, dijo Larson. “Pero podría estar actuando en nombre de algún grupo, ya sea una pequeña célula cerca de aquí, o algo internacional, como ISIS o Al Qaeda”.

Lucy pensГі por un momento.

“¿Cuántos reclutas musulmanes tienen actualmente en el fuerte Mowat?”, preguntó Lucy.

“En este momento, trescientos cuarenta y tres. Obviamente un porcentaje muy pequeño de nuestros reclutas. Pero tenemos que tener cuidado. En general, nuestros reclutas musulmanes han sido excepcionalmente dedicados. Nunca hemos tenido ningún problema con el extremismo, si eso es lo que es esto”.

Larson mirГі a Riley y Bill y sonriГі.

“Ustedes dos están muy callados. ¿Cómo quieren proceder?”.

Riley mirГі a Bill de reojo. Como de costumbre, sabГ­a que estaba pensando lo mismo que ella.

“Vamos a echarles unos vistazos a las escenas del crimen”, dijo Bill.



*



Unos minutos mГЎs tarde, la coronel Larson conducГ­a a Riley, Bill y Lucy por el fuerte Mowat.

“¿Qué ubicación quieren ver primero?”, preguntó Larson.

“En el orden en que ocurrieron”, dijo Riley.

Mientras Larson condujo, Riley vio a soldados entrenando, corriendo carreras de obstГЎculos y practicando punterГ­a con varias armas. Se veГ­a que lo que estaban haciendo era riguroso y exigente.

Riley le preguntó a Larson: “¿Qué tan avanzados en su formación se encuentran estos reclutas?”.

“Están en la segunda fase, la fase blanca”, dijo Larson. “Tenemos tres fases: roja, blanca y azul. Las dos primeras, la roja y blanca, duran tres semanas cada una, y estos reclutas están en su quinta semana. Pasarán sus últimas cuatro semanas en la fase azul. Esa es la más difícil. Allí es cuando los reclutas descubren si tienen lo necesario para ser un soldado del ejército”.

Riley notГі un poco de orgullo en su voz, el mismo orgullo que a menudo habГ­a oГ­do en la voz de su padre cuando hablaba de su servicio militar.

“Ella ama lo que hace”, pensó Riley.

Tampoco tenГ­a duda de que la coronel Larson era excelente en lo que hacГ­a.

Larson se estacionГі cerca de un sendero que atravesaba el campo. Se bajaron del auto, y Larson los llevГі a una mancha en el camino. Estaba en un ГЎrea abierta, sin ГЎrboles que podrГ­an bloquear la vista.

“El sargento Rolsky fue asesinado aquí”, dijo Larson. “Nadie vio ni lo oyó suceder. La herida ni la posición de su cuerpo nos dijeron de dónde provino el disparo, excepto que debió haber sido de una distancia considerable”.

Riley mirГі a su alrededor, estudiando la escena.

“¿A qué hora fue asesinado?”, preguntó.

“A las diez de la noche”, dijo Larson.

Se imaginГі cГіmo se verГ­a este lugar a esas horas de la noche. HabГ­a un par de lГЎmparas a unos nueve metros de la mancha. Aun asГ­, la luz aquГ­ habrГ­a sido bastante tenue. El tirador debiГі haber utilizado una mira nocturna.

Se volviГі lentamente, tratando de adivinar de dГіnde provino el disparo.

HabГ­a edificios al sur y norte. Era poco probable que un francotirador tuviera la oportunidad de disparar desde dentro de cualquiera de esos lugares.

Al oeste pudo ver el OcГ©ano PacГ­fico a una gran distancia.

HabГ­a colinas rugosas al este.

Riley señaló las colinas y dijo: “Mi conjetura es que el tirador se posicionó en algún lugar allá arriba”.

“Esa es una buena conjetura”, dijo Larson, señalando otro lugar en el suelo. “Encontramos la bala aquí, y eso indica que el disparo debió haber venido de algún lugar en esas colinas. Juzgando por la herida, disparó desde unos setenta y cinco a unos noventa metros. Recorrimos la zona, pero no dejó atrás ninguna evidencia”.

Riley se quedГі pensando por un momento.

Después le preguntó a Larson: “¿Es permitido cazar en el fuerte Mowat?”.

“Durante la temporada, con permisos”, respondió Larson. “Ahora estamos en la temporada de pavo salvaje. También se permite cazar cuervos de día”.

Riley obviamente sabГ­a que estas muertes eran cualquier cosa menos accidentes de caza. Siendo la hija de un hombre que habГ­a sido a la vez un marine y un cazador, sabГ­a que nadie podrГ­a utilizar un rifle de francotirador para matar a cuervos y pavos. Una escopeta era probablemente el arma de caza preferida alrededor del fuerte Mowat durante esta Г©poca del aГ±o.

Le pidiГі a Larson que los llevara a la siguiente ubicaciГіn. La coronel los condujo a unas colinas bajas en el extremo de una ruta de senderismo. Cuando todos se bajaron de su vehГ­culo de nuevo, Larson seГ±alГі el lugar en un sendero que se abrГ­a paso cuesta arriba.

“El sargento Fraser fue asesinado allí”, dijo. “Había salido a caminar. El disparo parece haber provenido aproximadamente de la misma distancia que el anterior. Nadie oyó ni vio lo que pasó. Sin embargo, suponemos que fue asesinado a las once de la noche”.

“Once de la noche”, pensó Riley.

Señalando otro lugar, Larson agregó: “Encontramos la bala por aquí”.

Riley luego mirГі en la direcciГіn opuesta, hacia donde el tirador debiГі haber estado. Vio mГЎs colinas, e innumerables lugares donde un tirador podrГ­a haberse escondido. Estaba segura de que Larson y su equipo habГ­an recorrido el ГЎrea exhaustivamente.

Finalmente se dirigieron a la zona de alojamiento de los reclutas. Larson los llevГі detrГЎs de una de las barracas. Lo primero que Riley vio fue una enorme mancha oscura en la pared cerca de la puerta de atrГЎs.

Larson dijo: “Aquí fue asesinado el sargento Worthing. Parece que salió a fumarse un cigarrillo antes del entrenamiento matutino de su pelotón. El tiro fue tan limpio que el cigarrillo nunca cayó de sus labios”.

Riley se sintiГі mГЎs interesada. Esta escena era diferente a las demГЎs, y mucho mГЎs informativa. ExaminГі la mancha y la otra mancha que se extendГ­a por debajo de ella.

Ella dijo: “Parece que estaba apoyado contra la pared cuando la bala le alcanzó. Debieron haber sido capaces de obtener una mejor idea de la trayectoria de la bala aquí que en las otras escenas”.

“Sí, mucho mejor”, concordó Larson. “Pero no la ubicación exacta”.

Larson seГ±alГі al otro lado del campo, detrГЎs de las barracas, donde habГ­a algunas colinas.

“El tirador debió haberse posicionado en algún lugar entre esos dos pequeños árboles”, dijo. “Pero dejó todo perfecto. No pudimos encontrar ni un rastro de él en cualquier lugar”.

Riley vio que la distancia entre los pequeГ±os ГЎrboles era de unos seis metros. Larson y su equipo han hecho un buen trabajo limitando su bГєsqueda a esa ГЎrea.

“¿Cómo estuvo el tiempo?”, preguntó Riley.

“Muy claro”, dijo Larson. “Hubo una luna cuarto menguante casi hasta el amanecer”.

Riley sintiГі un cosquilleo de emociГіn. Era una sensaciГіn familiar que sentГ­a cuando estaba a punto de conectarse realmente con una escena del crimen.

“Me gustaría ir para allá y echarle un vistazo por mi cuenta”, dijo.

“Por supuesto”, dijo Larson. “Yo te llevo”.

Riley no sabГ­a cГіmo decirle que querГ­a ir sola.

Afortunadamente, Bill hablГі por ella.

“Dejemos que la agente Paige vaya sola. Es lo suyo”.

Larson asintiГі con aprecio.

Riley caminГі por el campo. Con cada paso, ese hormigueo se volviГі mГЎs intenso.

Finalmente se encontrГі entre los dos ГЎrboles. EntendiГі por quГ© el equipo de Larson no habГ­a sido capaz de encontrar el punto exacto. El terreno era muy irregular y habГ­a una gran cantidad de arbustos mГЎs pequeГ±os. Justo en esa zona habГ­a por lo menos media docena de excelentes lugares para ponerse en cuclillas o tumbarse y disparar un tiro limpio hacia las barracas.

Riley comenzГі a caminar entre los ГЎrboles. SabГ­a que no estaba buscando algo que el tirador pudo haber dejado atrГЎs, ni siquiera pisadas. Larson y su equipo no habrГ­an pasado por alto algo asГ­.

RespirГі lentamente y se imaginГі a sГ­ misma aquГ­ en las primeras horas de la maГ±ana. Las estrellas estaban empezando a desaparecer y la luna todavГ­a proyectaba sombras por todas partes.

La sensación se intensificó cada segundo… la sensación de la presencia del asesino.

Riley siguiГі respirando profundamente y se preparГі para entrar en la mente del asesino.




CAPГЌTULO DIEZ


Riley comenzГі a imaginarse al asesino. ВїQuГ© habГ­a sentido, pensado y observado cuando vino aquГ­ buscando el lugar perfecto desde donde disparar? QuerГ­a ser el asesino con el fin de seguirle la pista. Y podГ­a hacerlo. Era su don.

En primer lugar, sabГ­a que tenГ­a que encontrar ese lugar.

BuscГі a su alrededor, del mismo modo que Г©l debiГі haber buscado.

Mientras se movГ­a, sintiГі una atracciГіn misteriosa, casi magnГ©tica.

Se sintiГі atraГ­da a un arbusto de sauce rojo. A un lado del arbusto, habГ­a un espacio entre sus ramas y el suelo. HabГ­a un lugar un poco hueco en el suelo en ese mismo lugar.

Riley se inclinГі para mirar el suelo cuidadosamente.

El suelo en ese lugar hueco estaba limpio y suave.

“Demasiado limpio”, pensó Riley. “Demasiado suave”.

El resto del suelo en esta zona era mГЎs rugoso, mГЎs irregular.

Riley sonriГі.

El asesino habГ­a llegado a tales extremos para poner todo en orden que habГ­a traicionado su posiciГіn exacta.

Imaginando la escena bajo la luz de la luna, Riley mirГі por la pendiente y al otro lado del campo hacia la parte posterior de las barracas.

Se imaginГі lo que el asesino vio desde este lugar, la figura distante del sargento Worthing saliendo por la puerta de atrГЎs.

Riley sintiГі una sonrisa formarse en la cara del asesino.

PodГ­a oГ­rlo pensar...

“¡Justo a tiempo!”.

Y, justo como el asesino habГ­a esperado, el sargento encendiГі un cigarrillo y se apoyГі contra la pared.

Era el momento de actuar, y tenГ­a que ser rГЎpido.

El cielo comenzГі a iluminarse donde el sol saldrГ­a pronto.

Justo como el asesino debiГі haber hecho, Riley se colocГі boca abajo en el lugar hueco en el suelo. SГ­, era el lugar perfecto, la forma perfecta para manejar un arma de alta potencia.

Pero ВїcГіmo se sintiГі el arma en las manos del asesino?

Riley nunca habГ­a manejado un rifle de francotirador M110. Pero hace algunos aГ±os habГ­a entrenado un poco con el predecesor del arma, el M24. Totalmente cargado y montado, el rifle M24 pesaba unos ocho kilos, y Riley habГ­a leГ­do que el M110 no era mГЎs ligero.

Sin embargo, la mira nocturna aГ±adГ­a a ese peso, haciГ©ndolo un poco mГЎs pesado.

Riley imaginГі la vista a travГ©s de la mira nocturna. La imagen del sargento Worthing estaba granulada.




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